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23 de septiembre de 2024

Las llamas envuelven parte de Kiryat Shmona al norte de Israel, frontera con Líbano

Las llamas envuelven parte de Kiryat Shmona al norte de Israel, frontera con Líbano, tras los bombardeos de HezboláCortesía

La población árabe de Galilea, también bajo el fuego de Hezbolá

En la guerra de 2006, murió una niña árabe israelí en el norte y ante la crítica pública la organización chiita se disculpó y dijo que había sido «un error»

Los ciudadanos de Israel que residen en la Galilea, tanto judíos como árabes, comparten los riesgos que derivan del estar al alcance de los cohetes, drones y misiles disparados por la organización terrorista Hezbolá desde Líbano hacia el norte de Israel. Unos y otros corren bajo las alarmas, sufren víctimas y tienen heridos que atender.

La Galilea es una de las zonas en las que vive mayor cantidad de ciudadanos árabes, que son inclusive una leve mayoría en esa región. Hay aproximadamente un 53 % de población árabe israelí en la Galilea y el restante 47% son ciudadanos judíos. Los porcentajes son por cierto otros en el resto del país. En Israel, el único Estado judío del mundo, los ciudadanos judíos son aproximadamente el 78 % de la población y los árabes constituyen cerca del 22 %.

En Galilea, el 53 % de población es árabe israelí y el restante 47 % son judíos

«Ahora, somos en realidad un porcentaje mayor aún entre los que se han quedado en la Galilea», dice a El Debate el periodista Jalál Bána residente en la localidad Abu Snan, donde este domingo han sonado las alarmas. Se refiere a la cantidad de poblados evacuados, lo cual se determina de acuerdo a la distancia de la frontera con Líbano.

Dado que la mayor parte de los poblados árabes están unos kilómetros más tierra adentro, casi todos han permanecido en sus casas, mientras que de la población judía que se halla a tan corta distancia de la frontera han sido desalojadas por las autoridades.

Jalal cuenta que uno de sus tíos resultó seriamente herido ya el 15 de octubre, o sea unos pocos días después de comenzar los disparos de Hezbolá hacia el norte de Israel. Dos de sus primos también sufrieron algunas heridas y uno de sus empleados murió por el impacto de un misil.

Otro muerto árabe israelí en la guerra actual en el norte fue el joven Mikhail Samara de Kfar Yasif. Estaba estudiando en el exterior y cuando llegó de vacaciones hace pocos meses a visitar a su familia, resultó gravemente herido al caerle encima fragmentos de un proyectil disparado para interceptar al misil de Hezbolá. Estuvo en coma varios días y finalmente falleció.

En la guerra anterior contra Hezbolá en el 2006, murió una niña árabe israelí en el norte y ante la crítica pública la organización chiita se disculpó y dijo que había sido «un error». Pero no hay errores en esta situación. Los misiles pueden caer sobre cualquiera.

«Vivimos esta situación igual que todos», dice a este diario el ingeniero Sá´ad Kadah de la localidad Kfar Mánda. «Tenemos miedo, corremos cuando suenan las alarmas, procuramos resguardarnos para cuidar nuestras vidas. No hay diferencia con la población judía».

Kadah vive en una casa erigida después de la decisión oficial de hacer obligatoria la inclusión de una pieza blindada que protege de los cohetes, lo cual da una gran tranquilidad y está comprobado que salva vidas. Su madre vive en una casa de años anteriores en la que no había un refugio de ese tipo, pero hace un tiempo, sus hijos decidieron ampliarla y le construyeron una pieza blindada.

Esa no es la situación en todos aquellos sitios de estructuras más viejas, donde no ha habido mucha construcción moderna, lo cual sucede en muchas localidades árabes y también en no pocas judías.

«Estamos todos en el mismo frente y los servicios de rescate trabajan para salvarnos a todos», escribió en sus redes Yoseph Haddad, un conocido influencer árabe israelí cristiano, gran defensor del país, que vive desafiando a quienes hablan de discriminación contra la ciudadanía árabe. Junto a esta idea, publicó un vídeo de llamas que ardían en Nazaret, de población árabe, tras un impacto de un misil de Hezbolá.

Extensa lista de localidades árabes evacuadas

Uno de los sitios más atacados es la localidad Arab el-Aramshe, ubicada a escasos 50 metros de la frontera con Líbano, que fue evacuado.

Pero la lista de las localidades árabes en las que sonaron alarmas es extensa. Muchos nombres se agregaron desde el viernes de noche, al ampliarse el alcance del fuego con el disparo de misiles capaces de llegar más lejos por parte de Hezbolá.

Esta es una lista de esas localidades, casi todas con mayoría árabe musulmana, muchas de población mixta de musulmanes y cristianos, a veces también con drusos y algunas aldeas drusas: Nazaret, Shfaram, Jish (la única localidad de Israel en la que la población es mayoritariamente de cristianos maronitas), Arab al-Aramshe, Daliyat al-Karmel, Isfiya, Bustan al-Marj, Manshiya Zabda, Basmat Tab'un, Iksal, Ed-Dahi, Zarzir, Hajajre, Yafia, Nein, Sulam, Ilut (donde hubo ayer heridos), Ka'abiyye, Kafr Tabbash, Ka'abiyye Tabbash, Reineh, Mashhad, Khawaled, Kfar Manda, Zarzir, Hajajre, Bir al-Maksur Al-Batuf, Sawad Humeria, Ka'abiyye Tabbash, Ras Ali, Ein Mahil, Kfar Kana, Rumat al-Heib, Rumana, Uzeir, Dmeide, Kaukab Abu al-Hija, Ibillin, Shekhanya, Sawad Humeria. En cada lado, existe el mismo riesgo que en el resto de la región.

El periodista Eran Zinger- judío- de la radio y televisión pública, especializado en programas sobre la ciudadanía árabe israelí, explica a El Debate que «hay particularidades en la forma en que los árabes de Israel lidian con la situación, porque desde el 7 de octubre, sienten la desconfianza hacia ellos, y no es sencillo».

Por otra parte, le consta claramente que «tienen tanto miedo como los judíos de los ataques de Hezbolá y saben que si Hezbolá logra invadir la Galilea, los asesinarían a ellos también, porque los ven como traidores ya que tienen cédula y pasaporte israelí».

El ingeniero Sa´ad Kadah lo resume con claridad: «Si uno analiza la ideología de Hezbolá, puede hablar de expansionismo, ya que vemos el papel de Irán en Líbano, en Yemen, en Irak. Pero si analizamos sus prácticas, lo tengo claro: es terrorismo».

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