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Eran Ortal, experto y consultor en Defensa y Estrategia

Eran Ortal, experto y consultor en Defensa y EstrategiaCortesía

Entrevista

Eran Ortal, experto militar israelí: «Irán corre el riesgo de perder su inversión más importante en Líbano, Hezbolá»

La operación contra los dispositivos de comunicación de Hezbolá llevó al menos un lustro preparándose y se precipitó ante el riesgo de ser descubierta

Eran Ortal es brigadier general retirado del IDF (Ejército israelí), donde fue comandante del Centro Dado de Pensamiento Militar Multidisciplinario. En entrevista con El Debate, analiza el último golpe de efecto sufrido en las filas de Hezbolá con las explosiones de dispositivos electrónicos.

Este experto militar, miembro distinguido del Centro BESA de la Universidad Bar-Ilan y autor de «The Battle Before the War» (2022), considera que la psicosis generada afecta a otros proxies de Irán al sembrar dudas sobre la penetración israelí en sus sistemas. Pero argumenta que Israel, que mantiene ambigüedad sobre el ataque, no tenía planeada una operación de esa magnitud, que se precipitó ante el riesgo de que la organización chií libanesa descubriera la infiltración.

(La entrevista tuvo lugar con anterioridad al bombardeo israelí a un suburbio de Beirut ocurridos en la tarde del viernes)

–¿Cuál es su evaluación de la situación en la frontera norte de Israel y Líbano?

–Estamos ante una situación de escalada que ninguna de las partes realmente desea, pero ninguna está dispuesta a retroceder. Es una espiral donde ambas fuerzas están atrapadas.

–¿Qué impacto han tenido las recientes explosiones en la moral y operaciones de Hezbolá?

–El líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, no ha salido a declarar abiertamente que ha sido un golpe significativo para Hezbolá, pero está claro que este evento ha generado una gran incertidumbre dentro de la organización. No sólo por las dificultades que ahora enfrentan en su control y mando, y las bajas sufridas, sino, sobre todo, por la duda sobre qué más ha podido penetrar Israel. El no saber hasta qué punto han sido infiltrados añade una capa de psicosis dentro de Hezbolá.

–Israel no ha confirmado estar detrás de las explosiones. ¿Qué puede comentar al respecto?

–Israel no ha asumido responsabilidad, y no puedo hablar más allá de eso. Sin embargo, es razonable asumir que Israel es el principal beneficiario de estos acontecimientos. Aunque no lo ha confirmado, todo el mundo especula sobre ello, y también se discute si el momento de esta operación fue adecuado.

–¿En qué sentido?

–Este tipo de operación sería más efectiva si formara parte de una campaña más amplia. Si Israel estuviera invadiendo el sur del Líbano y su fuerza aérea bombardeando los famosos 3.000 objetivos que promete, esto habría sido mucho más efectivo. Las explosiones (entre miembros del grupo chií) tienen un gran efecto psicológico, sin duda, pero su impacto operativo es limitado y temporal. Hezbolá es una organización con capacidad para recuperarse de esta crisis. Si no se capitalizan con ataques simultáneos en diferentes dimensiones, se queda como un beneficio táctico no aprovechado.

–¿Qué fue lo que precipitó esta cadena de eventos?

–Hay informes que sugieren que Israel se vio forzado a actuar porque Hezbolá estaba a punto de descubrir o revelar la infiltración. Lo que ocurrió fue una operación especial que, si bien podría haber dado una ventaja significativa en un conflicto a gran escala, también pudo haber precipitado una escalada estratégica que Israel no eligió deliberadamente. Fue una situación de úsalo o piérdelo.

–Con Hezbolá puntualmente debilitada, ¿puede esto desviar el foco de Gaza y conducir a Israel hacia un nuevo frente de guerra?

Este incidente ha desviado la atención de Gaza hacia el norte, y lo ha hecho de manera que no está claro si fue una decisión estratégica deliberada por parte de Israel. Parece más una respuesta táctica a una circunstancia emergente que una estrategia a largo plazo. Israel ha tenido que mover fuerzas hacia el norte, y la situación en Líbano ha ganado protagonismo, pero no necesariamente por elección.

–¿Qué tipo de planificación y recursos cree que se emplearon en estas sofisticadas explosiones?

Penetrar en la cadena de mando de Hezbolá es algo que lleva tiempo. Esta operación seguramente ha involucrado la inserción en la cadena de fabricación de dispositivos electrónicos. Estas son operaciones que se desarrollan durante años para establecerse en compañías fuertes mediante capacidades de inserción en procesos de manufactura y se requiere además algún tiempo en el mercado de las comunicaciones, al menos para ganar algún crédito y fiabilidad.

–Según su estimación. Este tipo de «explosivos durmientes» en los dispositivos ¿fueron plantados antes del 7 de octubre?

Quienquiera que haya hecho esto, no veo otra manera en que no esté implicado en una operación así al menos 5 o 6 años atrás.

–¿Qué medidas ha tomado Israel tras estos eventos en la frontera norte?

Recordemos que Israel ha sido claro en cuanto a los intentos de ataque de Hezbolá a funcionarios y exoficiales israelíes en los últimos años. Hubo intentos de activación de explosivos en Israel que, afortunadamente, no causaron daños. La respuesta israelí parece que ha sido esta. Lo que vemos ahora es el envío de más fuerzas a la frontera norte y los ataques aéreos en el sur de Líbano han aumentado.

–¿Es este el preludio de una campaña abierta contra Hizbulá?

–Podría ser. Ambas partes siguen intentando evitar una guerra abierta. Nasrallah, en su discurso reciente, reiteró su compromiso de apoyar a Hamás en Gaza, pero no habló de una guerra a gran escala con Israel. Hasta hace poco, Hezbolá ha estado cómodamente escalando la tensión sin pagar un precio alto, pero los recientes ataques israelíes han cambiado esa ecuación.

–¿Qué rol juega Irán en esta escalada? ¿Podemos esperar una respuesta iraní fuera de las fronteras de Israel?

–Irán se encuentra en una posición delicada. Por un lado, la guerra de desgaste en Gaza y Líbano está funcionando para ellos, debilitando a Israel. Pero por otro lado, la posibilidad de que Hezbolá sea gravemente dañada o incluso aniquilada por Israel sería un golpe serio a su estrategia regional. Irán no construyó Hezbolá para que se desgaste a propósito de Gaza. Si pierde a Hezbolá, gran parte de su estrategia en la región se verá comprometida.

–¿Esto podría empujar a Irán a una guerra directa?

–Exactamente. Si Irán no actúa, corre el riesgo de perder su inversión más importante en la región. Si actúa, se arriesga a una guerra directa que han intentado evitar a toda costa. Como trasfondo, no quiere repetir el trauma que supuso perder contra Irak en 1988.

–Irán no salió muy bien parado en el ataque que llevó a cabo contra Israel el 15 de abril. ¿Qué implicaciones tiene esto?

–Correcto, Irán intentó mostrar fuerza en abril, pero no resultó bien para ellos. No parecen estar en una posición de confianza en este momento y la falta de una venganza clara por la muerte (del líder de la oficina política de Hamás en el exilio Ismail) Haniyeh (en agosto) es otra señal de sus dudas.

–¿Qué implicaciones tiene este golpe para otras organizaciones como Hamás o los hutíes?

–Hezbolá hizo un llamamiento esta semana para que los grupos terroristas en Cisjordania se deshicieran de sus dispositivos electrónicos, lo que demuestra el nivel de paranoia que ha generado esta operación. Podemos esperar que todas las organizaciones bajo la influencia de Irán tomen precauciones similares. Además, existe el riesgo de que Hezbolá recurra nuevamente al terrorismo internacional, como lo hizo en los años 90.

–Finalmente, ¿a qué se enfrenta Israel en este momento?

–Israel tiene una tarea complicada por delante. Necesita encontrar una manera de desengancharse de estas guerras de desgaste tanto en Gaza como en Líbano. Aunque tiene capacidad para combatir en dos frentes, la situación en Líbano podría desencadenar una guerra de desgaste mucho más incómoda que la actual.

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