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El presidente austriaco, van der Bellen, y el socialista, Andreas Babler, reunidos en la Cancillería de Viena

El presidente austriaco, van der Bellen, y el socialista, Andreas Babler, reunidos en la Cancillería de VienaAFP

El líder conservador austríaco descarta a la derecha dura y se reúne con los socialistas para formar Gobierno

Van der Bellen se niega a entregar el mando al partido más votado en las elecciones de finales de septiembre, la derecha dura del FPÖ

El canciller saliente y jefe del partido conservador austríaco ÖVP, Karl Nehammer, ha aceptado este martes el encargo para negociar con los socialdemócratas una coalición de Gobierno de la que, en principio, quedará fuera la derecha dura del FPÖ, ganador de las elecciones del pasado día 29 septiembre.

Una decisión controvertida y sin parangón posible en Austria ya que es la primera vez el partido más votado no recibe el mandato para formar gobierno por parte del presidente federal, Alexander van der Bellen.

Nehammer como líder del Partido Popular austríaco (ÖVP) indicó que aspira a incluir a una tercera formación en la coalición y que quiere un Gobierno estable con una amplia mayoría en el Parlamento.

Conservadores y socialdemócratas suman una ajustada mayoría de 92 de los 183 diputados. El tercer socio sería el liberal Neos (18) o Los Verdes (16).

Nehammer adelantó que los ejes de su Gobierno serán mejorar la competitividad del país, la sanidad y, en concreto, la atención a la dependencia. También citó la inmigración, el tema que centra el debate político en Austria impulsado por los nacionalistas del FPÖ.

Nehammer, en una primera reacción al anuncio del presidente, ha dado a entender que las conversaciones con el SPÖ ya están hilvanadas. «Acepto este mandato con toda honestidad y seriedad y trabajaré duro para garantizar que Austria reciba un gobierno estable respaldado por una mayoría», ha dicho, aunque ha reconocido que el resultado de las urnas no es una mandato «para seguir como hasta ahora» y ha prometido «cambios y reformas».

El presidente de Austria, van der Bellen y el canciller de Austria, Nehammer, en la Cancillería de Viena

El presidente de Austria, van der Bellen y el canciller, Nehammer, en la Cancillería de VienaAFP

El canciller (primer ministro) saliente aceptó así el encargo formulado por el presidente de Austria, Alexander van der Bellen, tras constatar que ninguna de las otras cuatro fuerzas parlamentarias está dispuesta a pactar con la derecha de FPÖ, que ganaron por primera vez una elecciones generales, con el 28,8 % de los votos.

El Partido Popular (ÖVP) quedó segundo con el 26,3 %, el socialdemócrata SPÖ sumó el 21,1 %, el liberal Neos el 9 % y Los Verdes el 8 %.

Van der Bellen explicó que ese ha sido el motivo por el que no ha seguido la tradición de encargar al líder del partido más votado la formación de Gobierno.

Estos, afirmó, le han comunicado su negativa a pactar con el FPÖ, dirigido por Herbert Kickl. Sus contrincantes afirman que un Gobierno con ese partido podría suponer un riesgo para el Estado de derecho, la democracia liberal, así como por su escaso europeísmo o su proximidad con el Gobierno ruso.

Según el presidente, tanto los conservadores como los socialdemócratas temen que «las enormes preocupaciones de seguridad por parte de los servicios de inteligencia extranjeros restringirían enormemente la cooperación con Austria si Kickl participa en el Gobierno».

El ganador en las pasadas elecciones, por su parte, calificó de «bofetada en la cara» a los electores que no se le haya encargado a él la tarea de intentar formar el Ejecutivo.

«Pero se lo prometo: aún no se ha dicho la última palabra. Hoy no es el final de la historia», afirmó el líder del partido nacionalista austriaco, tal y como informa EFE.

También afirmó que si se respetara la voluntad de los electores, la única opción sería un Ejecutivo dirigido por el FPÖ.

En su mensaje, Kickl afirmó que la voluntad de los votantes puede ralentizarse pero «no puede impedirse ni detenerse».

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