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Donald Trump durante un acto de campaña

Donald Trump durante un acto de campañaGetty Images via AFP

Trump acusa al Partido Laborista británico de interferir en la elecciones de Estados Unidos a favor de Harris

El candidato republicano endurece su retórica antiinmigrante y denuncia injerencia del Partido Laborista británico en las elecciones

El expresidente Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, lanzó una nueva y polémica propuesta este martes durante un mitin en Greensboro, Carolina del Norte. El republicano anunció que solicitará la pena de muerte para cualquier inmigrante que sea condenado por asesinar a un ciudadano estadounidense.

«Tenemos que hacerlo... Estoy pidiendo la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de las fuerzas del orden», declaró ante una multitud, prometiendo que el Congreso aprobaría la medida.

Trump, que sigue basando gran parte de su campaña en una estricta política antiinmigrante, utilizó su discurso para culpar a su rival, la vicepresidenta Kamala Harris, de tener una política de «fronteras abiertas» que, según él, pone en riesgo a los ciudadanos estadounidenses.

El discurso de Trump estuvo marcado por ataques personales contra Harris, a quien acusó de ser «perezosa» y de tener un «bajo coeficiente intelectual», una retórica que ya había repetido en otro mitin en Miami horas antes. El exmandatario insistió en que la inmigración es el tema más importante para los votantes, por encima de la economía.

Además, Trump volvió a prometer deportaciones masivas y penas de 10 años para aquellos que regresen ilegalmente al país después de ser expulsados, reforzando su imagen como defensor de políticas migratorias duras.

Acusaciones de interferencia extranjera

En paralelo, Trump lanzó nuevas acusaciones sobre interferencia extranjera en las elecciones estadounidenses, señalando al Partido Laborista británico por supuestamente apoyar la campaña de Kamala Harris. La campaña del republicano presentó una denuncia ante la Comisión Federal Electoral (FEC), alegando que el partido del primer ministro británico, Keir Starmer, está involucrado en actividades ilegales para influir en la elección a favor de Harris.

Según el equipo de Trump, el Partido Laborista es una «formación de extrema izquierda» que ha «inspirado» las políticas progresistas de Harris y ha enviado a sus miembros para hacer campaña en estados clave como Carolina del Norte, Nevada y Pensilvania. La denuncia se presentó luego de que la jefa de operaciones del Partido Laborista, Sofia Patel, publicara un mensaje en LinkedIn reclutando voluntarios para viajar a Estados Unidos y apoyar a la candidata demócrata, aunque el mensaje fue eliminado posteriormente.

Aliados de Trump, como la congresista Marjorie Taylor Greene y el empresario Elon Musk, criticaron duramente al Partido Laborista en redes sociales, aunque históricamente ha habido vínculos entre los partidos políticos de Estados Unidos y el Reino Unido. Sin embargo, la campaña de Trump ha aprovechado la oportunidad para acusar a Harris de aceptar ayuda extranjera en su campaña, en un intento por posicionar a los demócratas como permisivos frente a la «injerencia» electoral.

El estado de Carolina del Norte, con 16 votos electorales, es uno de los siete estados clave que decidirán el próximo presidente de Estados Unidos. Trump ha visitado el estado en cuatro ocasiones en los últimos dos días, subrayando su importancia estratégica. Según las encuestas, la contienda entre Trump y Harris está extremadamente reñida, lo que ha llevado a ambos candidatos a intensificar sus esfuerzos para asegurar la victoria en el estado.

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