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AnálisisKoldo Salazar LópezKazán, Rusia

Kazán, crónica de un cambio internacional

Los antaño mercados emergentes ya son una realidad presente y no una posibilidad futura. China, Rusia, India o Brasil son economías fuertes y en desarrollo

Actualizada 12:14

Xi Jinping y Vladimir Putin en la cumbre de los Brics en Kazan, Rusia

Xi Jinping y Vladimir Putin en la cumbre de los Brics en Kazan, RusiaMaxim Shipenkov / AFP

En Kazán, capital de la República Rusa de Tartaristán, se ha llevado a cabo una de las mayores cumbres del año y tal vez de las más importantes de esta década. En ella se han citado treinta y seis países, veintidós de los cuales han venido representados por jefes de Estado y de gobierno y el resto por sus correspondientes ministros de asuntos exteriores siendo el caso más paradigmático el de Arabia Saudí tras la imposibilidad de asistir de Mohamed Bin Salman, Príncipe y Primer Ministro del Reino.

En este foro, el decimosexto del BRICS, se han tomado ya medidas efectivas para pasar de la teoría geopolítica del mundo multipolar y multilateral a la práctica de esta nueva doctrina.

Una de las particularidades del BRICS es que ha tardado mucho en establecer mecanismos orgánicos para su organización debido a la experiencia de la ONU (parasitada por la diplomacia estadounidense) o de la UE (un engendro geopolítico ineficiente, laberíntico que ha tiranizado a sus estados miembros). Debido a ello el BRICS ha optado por una política de consenso entre miembros en su seno prescindiendo de posiciones superiores o de una administración con intereses propios.

De hecho, durante el foro Rusia y Brasil negociaron bilateralmente debido a sus posiciones, abiertamente encontradas, sobre la cuestión del papel de Venezuela en la organización.

¿Pero esto a qué se debe? A varias razones, la primera es que los antaño mercados emergentes ya son una realidad presente y no una posibilidad futura. China, Rusia, India o Brasil son economías fuertes y en desarrollo, para esto datos:

La estimación de crecimiento de la India para 2024 está en un 6'80%, Etiopía un 6'20%, China un 4'60% o Rusia un 3'20% frente a países como Francia que crecerá un 0'70%, Estados Unidos un 2'70% o Reino Unido un 0'50%.

Frente a este crecimiento exponencial a nivel económico, la expansión de unos mercados potentes y una demografía en constante crecimiento que genera aún más posibilidades internas y teniendo, también, las mayores reservas de recursos naturales del mundo, los estados BRICS han estado exigiendo una representatividad dentro de la Comunidad Internacional acorde a su estatus pero que diplomáticamente no se les ha dado.

Las estructuras geopolíticas actuales están anticuadas y responden a parámetros del unilateralismo occidental de los años noventa

Sin embargo la idea de que se está creando un mundo bipolar a imagen de la Guerra Fría que atenta contra el orden occidental unilateral así como pensar que el BRICS es un arma en manos de Putin es distorsionar la realidad. El BRICS ha surgido de la necesidad de encontrar un sitio de representación proporcional negado por las instituciones asentadas, por un lado, y la necesidad de establecer un espacio de desarrollo geopolítico y económico seguro para estos países y que no esté politizado.

La experiencia rusa, iraní pero también venezolana o china (que ya ha empezado a ser sancionada) ha hecho que estos países tengan que crear un sistema seguro y confiable a través del Banco de Desarrollo Integral del BRICS, con sede en Shangái y liderado por Dilma Rousseff, que se encargará de aplicar técnicamente los acuerdos firmados sobre el papel como el código SWIFT.

Este código SWIFT independiente del occidental, no politizado y seguro en las transacciones entre estos países se ha decidido aquí. Paralelamente esto tampoco implica una vocación de dividir el mundo ya que los líderes del BRICS, algunos con buenas relaciones con Occidente como Narendra Modi, Primer Ministro indio, estarían interesados en un sistema de «vasos comunicantes» por los cuales relacionarse en igualdad de condiciones con el sistema occidental.

Otro elemento es la desdolarización para permitir, igualmente, una mayor seguridad política en la estabilidad económica a través de monedas como el Yuan chino, el Rublo ruso o la famosa nueva moneda, del cual se mostró un billete, pero que no es más que un prototipo que podrá ser o no pero que en caso de serlo estaría respaldado por metales preciosos (tanto Rusia como China están acumulando grandes reservas de oro) como otros patrones.

Aparte de estos acuerdos generales se ha abordado el peligro de la escalada de tensión en Oriente Próximo y la necesidad de un estado palestino independiente que asegure una mayor estabilidad en la región, sobre Ucrania, Putin ha declarado que por ahora no hay nada que negociar con un Zelenski que realiza amenazas constantes y propone planes de paz imposibles.

Asimismo se alcanzaron acuerdos interesantes entre los asistentes, en primer lugar una mejora de las relaciones China - India sobre la cuestión fronteriza de Aksai Chin, donde ambos países han acordado en una reunión bilateral (que no había desde hacía dos años) patrullar conjuntamente la región, muy sonado porque ha coincido con el foro pero fuera de él ha sido el acuerdo de asistencia militar Rusia - Corea del Norte así como el posible acuerdo sobre el gas con Irán o la petición de mediación del Presidente turco Recel Tayyip Erdogan al Presidente ruso Vladimir Putin para que medie con el Presidente sirio Bashar al Asad y normalizar relaciones Ankara - Damasco.

En definitiva un foro que ha dado forma a un BRICS que ha tenido que buscar soluciones propias a sus problemas de representatividad internacional (el BRICS supera en población y PIB conjunto a los países del G7), pero también a sus problemas con las sanciones que, paradójicamente han sido el aliciente que ha hecho que estos países se lancen a tener su propio sistema. Las sanciones, que han sido más pesadas en Occidente que en Rusia, se han traducido en una oportunidad para todos de poder avanzar.

¿Reacción de Occidente? Más sanciones y contramedidas que sólo nos alejarán más de la realidad geopolítica. El BRICS ha venido para quedarse y expandirse (lentamente, eso sí) de ahí la definición en Kazán de la figura del socio BRICS, pero sobre todo ha venido a transformar la realidad y más que el G7, la UE o la OTAN, el BRICS busca ser un reflejo y transformar, desde dentro, la propia ONU y su anticuada infraestructura.

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