El portavoz del gobierno argentino Manuel Adorni
Milei interviene por 180 días la Casa de Moneda y suspende la impresión de billetes en Argentina
Se ordenó el cese de la impresión de billetes de 1.000 y 2.000 pesos cuyo valor se vio licuado por la inflación
El Gobierno de Javier Milei anunció la intervención de la Casa de Moneda, la empresa estatal creada en 1875. La medida será por 180 días y el interventor elegido es Daniel Cavagnaro. Ayer ya se había decidido dejar de imprimir billetes, en medio de los atrasos que venía teniendo para la provisión de billetes de 1.000 y 2.000 pesos.
La decisión se tomó a partir de que el Banco Central anunció que la Casa de Moneda no podrá cumplir con la provisión en tiempo y forma de nuevos billetes de estas denominaciones. La provisión de billetes de mayor denominación está llegando del extranjero, especialmente desde China. Aunque la emisión monetaria es cero, siempre se necesitan nuevos billetes para reponer los que se van deteriorando.
«En el marco de la reestructuración de la Casa de la Moneda se dejan de emitir billetes de 2.000 pesos, un sinsentido heredado de la gestión anterior», dijo el portavoz Manuel Adorni en la conferencia de prensa. «Es un sinsentido, más allá del costo de la Casa de la Moneda, efectivamente lo que queremos es hacerla más eficiente», amplió.
La Casa de la Moneda arrastra graves carencias de infraestructura, maquinaria obsoleta y una deuda cercana a los 400 millones de dólares, según el Gobierno Argentino.
La provisión de billetes de mayor denominación, de 10.000 y 20.000 pesos, que instrumentó el actual Gobierno argentino, fue encomendada a proveedores extranjeros. Ya bajo el anterior Gobierno, a cargo del peronista Alberto Fernández, ante la demanda de billetes provocada por una inflación que llegó a rozar el 300 % interanual, se había comenzado a importar papel moneda desde Brasil, España, Francia, China y Malta cuando la Casa de Moneda no daba abasto.
Con la asunción de Milei en diciembre pasado, las nuevas autoridades se decantaron por la importación, argumentando cuestiones de costos y plazos de producción.
Por ahora, la Casa de Moneda sólo mantiene activa la línea de producción de de pasaportes, estampillas, matrículas y documentos de vehículos.
