Entrevista
Adi Schwartz, periodista y académico israelí: «La existencia misma de la UNRWA perpetúa el conflicto»
Según el experto, la agencia de la ONU encargada de los refugiados palestinos inculca la idea del retorno a los antiguos territorios y «mientras eso suceda no reconocerán al Estado de Israel»
El experto Adi Schwartz investigó a fondo el tema de la UNRWA, la agencia de la ONU encargada de los refugiados palestinos, y su incidencia en el conflicto. Schwartz, investigador en el Instituto Misgav, plasmó su investigación en el libro La Guerra del Retorno que escribió conjuntamente con Einat Wilf, exdiputada del partido laborista.
A raíz de la promulgación en el Parlamento israelí de dos leyes que limitan seriamente la actividad de UNRWA, el periodista y académico compartió su valoración sobre la decisión tomada por Israel.
Para Schwartz la polémica acerca de las leyes aprobadas y el fondo del problema con UNRWA va mucho más allá del hecho que varios terroristas de Hamás que participaron el 7 de octubre en la masacre en el sur de Israel eran también funcionarios de esta organización.
–¿Qué opinión le merece la promulgación de las nuevas leyes israelíes contra UNRWA?
–Aclaremos que se trata de dos leyes. Una determina que UNRWA no podrá actuar en el territorio soberano de Israel, lo cual desde nuestro punto de vista es relevante más que nada en cuanto a su trabajo en Jerusalén oriental.
–Que aunque el mundo no la reconozca como tal, para Israel es parte de su territorio soberano, de su capital.
–Exacto. Israel puede hacer cumplir allí su autoridad. Y estamos hablando de dos campamentos de refugiados palestinos en esa zona, Shoefat y Kfar Aqeb. O sea que UNRWA tiene que irse de allí. Esa es una ley.
La otra es más significativa ya que sus derivaciones son más amplias. Esa ley dice que nadie en el Estado de Israel, nadie que represente al país, sea el Ejército, el Ministerio de Defensa, de Finanzas, nadie, puede estar en contacto con UNRWA. Prohibido. O sea que eso incidirá directamente también en la actividad de UNRWA en Gaza y en Judea y Samaria (Cisjordania).
–Porque todo lo que se hace allí debe ser coordinado con Israel.
–Exacto. Si ningún funcionario israelí puede atender llamadas, contestar correos o hablar con nadie de UNRWA, eso significa que a la agencia le será extremadamente difícil trabajar. Y esa es la razón por la que vemos ahora tal histeria en la comunidad diplomática. Vemos que todo el mundo reacciona, la Unión Europea, el Departamento de Estado, todos advierten de que esto conducirá al desmantelamiento de la UNRWA. Y creo que tienen razón, que por estas leyes, la capacidad de la UNRWA de trabajar sin cooperación con Israel será extremadamente difícil.
–Es cierto, desde un punto de vista del efecto práctico, pero entiendo que usted no está haciendo un juicio de valor al decir que «tienen razón».
–Exacto. Yo considero que la decisión de promulgar estas leyes es excelente y que Israel lo tendría que haber hecho hace mucho. Durante muchos años, Israel no sólo que no hizo nada contra la UNRWA, sino que hasta le dio su apoyo. Así como existió durante años la concepción que se puede vivir tranquilamente con Hamás al lado, o con Hezbolá, pues también se pensaba que se puede vivir tranquilamente con la UNRWA.
Y a mí me consta que cuando Estados Unidos, en la Administración Trump, detuvo su financiación de la UNRWA, Israel se dirigió a países europeos y pidió que completen el dinero que faltaba. O sea , siempre que surgía este tema de la UNRWA, intervenía el sistema de seguridad porque consideraban que «la UNRWA nos compra calma». Se admitía como cierto que no es una buena organización y que había problemas con ellos, pero preferíamos el status quo para que no romper la calma.
–El motivo de esa confrontación no era que no hubiera consciencia sobre los problemas con la agencia, sino querer evitar el dolor de cabeza de buscar una alternativa. ¿No es así?
–Hay que recordar que ya hoy, la UNRWA se encarga solamente del 13 % de los camiones de ayuda que entran a Gaza. Hay otras organizaciones que se encargan del resto, como el Programa Mundial de Alimentación (World Food Program) y otros. O sea que hay alternativas. Es una tontería decir otra cosa.
–Israel tiene pruebas de la participación activa y directa de funcionarios de UNRWA en la masacre del 7 de octubre. ¿Fue esto un punto de inflexión?
–Quisiera aclarar algo general al respecto. El problema con la UNRWA es mucho más profunda que el tema de los terroristas. Claro que eso es muy importante. Pero el tema serio no es este punto porque además UNRWA puede justificar que los despidió, pero qué pasa con el resto. El verdadero problema es la existencia misma de la UNRWA y su accionar perpetúan el conflicto. Entenderlo debe ser precisamente parte de la nueva situación de Israel después del 7 de octubre, de las cosas claras que hay que entender. Esto es 'el día después' del que tanto se habla.
–¿Cuál es el punto central que hay que entender?
–Que la UNRWA educa a los palestinos en la narrativa del retorno.
–Que volverán a las casas que dejaron en 1948 cuando la guerra de independencia de Israel.
–Así es. Los palestinos, de hecho, nunca aceptaron al Estado de Israel. Aunque Israel fue creado en 1948 y muchos países occidentales lo reconocieron, e Israel entró a la ONU, los árabes lo ven diferente. Muy especialmente los palestinos. Para ellos, la existencia misma de Israel no es legítima. No reconocen su derecho a existir.
–Aunque en su momento, Yasser Arafat dijo que la carta nacional palestina en la que se llamaba a destruir a Israel, estaba «caduc», usó el término en francés.
–Sabemos muy bien que si quería decirlo en serio, no habría usado un término francés de hace 200 años, sino que lo habría dicho en árabe para que su pueblo lo entendiera. Por eso digo que el tema de los refugiados es el central. Mientras los palestinos sigan hablando de retornar a Yafo, Acre, Ramle, territorio soberano de Israel, claro que no reconocen al Estado de Israel.
–Otro problema al respecto es la ilógica de querer que los refugiados se instalen en lo que es hoy Israel, y no en el estado palestino que dicen que quieren erigir.
–Por supuesto. Y no es casualidad. Lo que realmente quieren no es tener un estado propio, independiente, sino que los judíos no tengan el suyo. Todo eso está simbolizado en la narrativa de los refugiados y la UNRWA.
–¿Esto también pasa por el hecho de que la UNRWA, creada en 1949 para asentar a los refugiados de la guerra del 48, no los asentó?
–Indudable. ¿Por qué UNRWA no rehabilitó a ningún refugiado? ¿No supieron hacerlo? Este es el tema central: UNRWA sirve a la narrativa palestina. La agenda palestina tomó control de la UNRWA ya en los años 50. ¿Y cómo es que hoy tienen seis millones de refugiados?
La agenda palestina tomó control de UNRWA ya en los años 50Periodista y académico israelí
–Aunque en la guerra del 48 eran cerca de 175 mil…
–Es que sus criterios no tienen parangón. En ningún otro caso legal, el estatuto de refugiado pasa a todos los descendientes, que claramente no son refugiados. El 75 % de la población de Gaza es considerada formalmente como refugiados. ¿Por qué? Porque hace 75 años les están diciendo que tienen derecho a retornar a las casas de las que salieron sus abuelos en Ashkelon, Ashdod y Beer Sheba.
–Es una forma de decir que Gaza, es temporario, que esa no es su casa, aunque hayan nacido allí.
–¡Exacto! Hay un estudio interesante que se hizo sobre el 7 de octubre analizado con ojos palestinos. Y uno de los elementos allí es que Yayha Sinwar, jefe de Hamás recientemente eliminado por Israel, en todos los discursos de los dos años previos al 7 de octubre, hablaba siempre del retorno, siempre retorno. El tema es el mito que vendrá un día en el que «volveremos a nuestra tierra». Ese es el corazón del conflicto. Y mientras funcione la UNRWA, les dicen «tienen razón, son refugiados»
–Y ahora, tanto tiempo después ¿realmente algo cambiará?
–Hace 70 años se les debería haber dicho que la guerra de 1948 terminó, que el Estado de Israel está aquí y se quedará aquí. Y que ellos, los palestinos, deben elegir: construir su Estado propio, en la franja de Gaza, en Ramala, donde quieran, o seguir con una ficción que Israel no aceptará, que esperen a que llegue el día en que se les cumpla el sueño de volver. Y el serio problema es que el mundo, al apoyar a la UNRWA, está alentando esa ficción.
–¿Qué pasará entonces en el terreno?
–Israel no puede desmantelar la UNRWA porque no fue su creador. Pero creo que con la nueva legislación, Israel por primera vez dice que no acepta colaborar más con esa ficción distorsionada. Que no está dispuesto a colaborar más con una organización cuya razón de existencia es de hecho destruir a Israel. Esto lo tendrían que haber hecho hace 50 años. Pero mejor tarde que nunca.