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Restos de una noche electoral demócrata que terminó con victoria de Donald Trump

Restos de una noche electoral demócrata que terminó con victoria de Donald TrumpThe Yomiuri Shimbun via AFP

Elecciones en Estados Unidos 2024

La gran fiesta demócrata termina abruptamente para Kamala, que evita hablar de su derrota

El recuento avanzaba a pasos agigantados y llegó el momento que nadie quiso ver. Los 16 votos electorales se confirmaron para Donald Trump, Carolina del Norte era el primer swing state que se llevaba el republicano

Sobre las 17 hora local las hélices de los helicópteros empezaron a sonar mientras sobrevolaban el cielo de la capital de los Estados Unidos. Washington D.C, el gran feudo demócrata, fue el lugar elegido por la campaña de Kamala Harris y Tim Walz para seguir la noche electoral; si la cosa iba mal siempre quedaba celebrar los tres votos electorales que tenían casi asegurados en el estado. El tinglado, como no podía ser de otra manera, se montó en la Universidad de Howard –donde estudió la candidata demócrata– con pantallas gigantes, gradas, banderas gigantes de los Estados Unidos desplegadas sobre las estructuras metálicas del montaje.

Las encuestas no se equivocaron tampoco al hacer el esbozo del perfil de votante de Harris, los jóvenes de la generación Z, sobre todo mujeres, y una mayoría de ciudadanos afroamericanos. Tampoco hubo sorpresa a medida que cerraban los colegios. Ni se equivocaron las encuestas ni tampoco fallaron los votantes de estados con una tendencia política marcada. Cuando no sonaba la música por los altavoces las pantallas gigantes emitían en directo la CNN. Abucheos en cada estado ganado que daban a Donald Trump y aplausos y vítores cuando la beneficiada era Kamala. El éxtasis de felicidad llegó con los primeros datos de Pensilvania, que se lo daban a los demócratas. Felicidad que duró más bien poco.

Entre cierre y cierre de centros electorales, subían al escenario –también repleto de banderas al igual que las gradas del público– bailarines, el coro de la universidad y, también su director al grito de «¡H You!» al que seguían respuestas de «¡Vote!». Y se repartían más banderas y todo el mundo quería una, porque en Norteamérica no dan alergia a nadie. Pero el recuento seguía avanzando y el público empezó a desinflarse. Donald Trump estaba ganando lo esperado y sacaba ventaja a Kamala Harris en prácticamente todos los estados bisagra.

Así que, las primeras derrotas se aceptaron, porque eran las esperadas, estados tradicionalmente republicanos que, además, como Kentucky, Indiana o Carolina del Sur y del Norte, Ohio, Virginia Occidental. Los grandes feudos demócratas cerraban más tarde y a los presentes no les preocupaban esas derrotas. «Todavía quedan los estados que más suman», me respondía Monique cuando le preguntaba si se esperaba ese resultado. Michael, estaba seguro de que el resultado iba a cambiar, por que para él «Donald Trump ha dividido mucho más a América».

Sin duda, se equivocaron, como también se equivocaron quienes daban una batalla con victoria por la mínima. El recuento avanzaba a pasos agigantados y llegó el momento que nadie quiso ver. Los 16 votos electorales se confirmaron para Donald Trump, Carolina del Norte era el primer swing state que se llevaba el republicano. La gente empezó a irse, aunque la música seguía y muchos esperaban para ver a Kamala Harris.

Poco hubo que esperar para que uno de los coordinadores de campaña de Kamala Harris, Cedric Richmond, saliese al atril para dar las gracias a todos los presentes. «Todavía sigue el recuento en muchos estados», decía Richmond mientras dejaba entrever que la candidata demócrata no iba a asomarse a la pradera de la Universidad de Howard. La fiesta ni si quiera llegó al momento cumbre mientras que la esperanza de Harris se teñía de rojo. Pensilvania, donde se ha desgañitado en la recta final de campaña, también caía del lado de Donald Trump en la balanza. Mala noche para los demócratas que han perdido la presidencia, el Senado y la Cámara de Representantes.

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