Crisis en Corea del Sur
El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol podría caer antes de dominar lo suficiente el golf para impresionar a Trump
De acuerdo con la oposición parlamentaria «la declaración de la ley marcial del presidente fue una clara violación de la constitución y proporciona motivos perfectos para su destitución»
El abogado y exfiscal general de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, asumió la presidencia del país asiático en mayo de 2022, tras ganar la elección con una diferencia de menos de 1 % sobre su rival. El outsider de la política que prometía estar libre de corrupción y liberar al país de la misma ahora sufre un 74 % de opinión negativa, en gran parte gracias a la falta de acuerdos e inclusos boicots en la Asamblea Nacional (Poder legislativo unicameral).
Frustrado por la falta de respaldo legislativo, tras la victoria del principal partido de oposición en las elecciones de abril pasado, Yoon Suk-yeol, cometió un error fatal: usar la ley marcial para cerrar el poder legislativo y gobernar a manos libres, algo así como un 'golde de Estado al legislativo', algo sin precedentes en Corea del Sur.
El sorpresivo anuncio de ayer se produjo después de que el Partido Demócrata aprobara sin el apoyo del conservador Partido del Poder Popular de Yoon unos presupuestos generales para 2025 con múltiples recortes y mociones para destituir al fiscal general y al responsable de la Junta de Auditoría e Inspección, encargada de monitorizar las cuentas de los organismos públicos.
Yoon aseguró que los mencionados recortes presupuestarios minarían las funciones «esenciales» del Gobierno, incluyendo la prevención de crímenes relacionados con las drogas y las medidas de seguridad públicas, y consideró que la oposición, a la que tachó de pronorcoreana, estaba llevando a cabo acciones «antiestatales».
Ahora, el mandatario surcoreano, quien el mes pasado dijo que había empezado a practicar golf en un esfuerzo por impresionar en el césped a Donald Trump, puede que no se mantenga en el cargo el suficiente tiempo para perfeccionar sus habilidades en el juego. La ley marcial endureció e incrementó la oposición en el legislativo surcoreano que en una contraofensiva política rechazó la ley marcial y emprendió un juicio político para destituirlo.
La decisión de activar una medida contemplada para «garantizar la ley y el orden» en tiempos de guerra o en caso de emergencia nacional y que permite prohibir actividades políticas, controlar a los medios o arrestar a personas sin orden judicial puede poner fin a una presidencia que debería durar hasta 2027.
En el camino hasta convertirse en fiscal general de Corea del Sur en 2019, Yoon dejó una trayectoria en la que sentó en el banquillo a importantes políticos liberales y conservadores, así como a líderes de grandes empresas nacionales como Hyundai o Samsung y, ante todo, lideró la investigación especial en 2016 contra la única presidenta surcoreana que ha sido destituida en democracia, Park Geun-hye, ahora, Yoon podría ser el segundo, si es que no dimite antes.
La presión para que el mandatario dimita va en aumento y seis formaciones, incluida la principal fuerza opositora, el liberal Partido Demócrata, presentaron la moción para destituirlo, después de que algunos de sus principales asesores, entre ellos su jefe de Gabinete y su asesor de Seguridad Nacional, y el propio Ministro de Defensa se ofrecieron a renunciar en masa el mismo día.
«La declaración de la ley marcial del presidente Yoon Suk Yeol fue una clara violación de la Constitución. No cumplió con ningún requisito para declararla», dijo el Partido Demócrata en un comunicado al tiempo que agregó que «fue un grave acto de rebelión y proporciona motivos perfectos para su destitución».
A la vez, el mayor grupo sindical del país, la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), convocó protestas y prometió iniciar una huelga indefinida hasta que Yoon asuma la responsabilidad de lo sucedido y abandone el cargo, algo que los ciudadanos también parecen pedir a voces.