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Javier Milei, presidente de argentina durante un discurso en Italia

Javier Milei, presidente de argentina durante un discurso en ItaliaFilippo Monteforte / AFP

Italia

Estos son los 10 consejos que Milei dio a los partidarios de Meloni para contraatacar a la «izquierda criminal»

El mandatario argentino compartió con los asistentes al evento de Hermanos de Italia, principalmente jóvenes, sus líneas de acción política

El presidente argentino Javier Milei, de visita oficial a Italia, fue el invitado de honor este sábado en el Atreju, un evento político organizado por el partido de Hermanos de Italia de la primera ministra Georgia Meloni.

El mandatario inició sus discurso señalando a quienes «creían que no lo íbamos a lograr» en referencia a los que pensaban que su gobierno no iba a durar. «Yo soy economista, no soy político», admitió Milei, pero espetó: «Todas las recetas de la comunicación política tradicional fracasaron hace un año. Yo tengo mis propias recetas políticamente incorrectas, pero funcionan».

Milei quiso compartir con los asistentes al evento, principalmente jóvenes italianos, lo que denominó su Decálogo de Comunicación Política. Este incluye las siguientes líneas de acción:

Primero: «Es mejor una verdad incómoda que una mentira confortable. Todo plan de gobierno debe partir de la verdad. No intentemos ajustar la realidad a un modelo impuesto. La gente tarde o temprano se entera del engaño. Si el trago es amargo mejor tomarlo de una vez».

Segundo: «Nos importa un rábano la opinión de los políticos de casi todo lo que opinan. Si los cambios o reformas las pide la clase política debemos sospechar. Si sospechas y desconfías, vas a acertar».

Tercero: «Nunca hay que negociar la ideas para atraer un voto porque te va a dejar sin convicción y sin votos».

Cuarto: «A diferencia de la economía, la política sí es un juego de suma cero y no debemos dejar de ejercer el poder ni dejar de ocupar espacios».

Quinto: «La única forma de combatir el mal organizado es con el bien organizado. Por creer que no somos borregos no nos organizamos y no somos disciplinados. Tenemos que ser como una legión romana en la que nadie rompe la formación. El que no actúa conforme los alineamientos del partido debe ser expulsado».

Sexto: «Cuando el adversario es fuerte, la única forma de ganarle es ser una fuerza mayor. Ellos se aferran al poder por el poder, no tienen escrúpulos. No queremos diálogos que no nos llevan a ninguna parte. No se puede ser tolerante con el intolerante».

Séptimo: «No hay mejor defensa que un buen ataque, no hay nada peor que vivir a la defensiva dando explicaciones a quienes no la merecen, no tenemos que dar explicaciones a los que destruyeron el país. Si nos dan un golpe debemos responderle con tres».

Octavo: «Dar la batalla cultural no es solo un deber es una obligación. Las ideas deben ser bien comunicadas. Tenemos ideas que sí funcionan y son las correctas y tenemos mucho que ganar si las comunicamos bien».

Noveno: «La única forma de combatir a la izquierda criminal es desde la derecha, el centro solo se convierte en cómplice. No nos interesan los consensos porque su único fin es mantener los privilegios de la casta política. No hay consenso entre el bien y el mal, el bien debe imponerse».

Décimo: «Nosotros defendemos una causa justa y noble: la gran gesta civilizatoria que es Occidente. Tenemos que estar listos a dar la vida por ella. No hay lugar para mezquindades, porque lo que está en juego es demasiado grande para limitarlo a interese personales».

Tras exponer con su particular carisma y estilo estos «útiles recursos de acción política», Milei se apoyó en la frase del «zurdo reventado de Lenin», que dijo: «Sin teoría revolucionaria no puede haber un movimiento revolucionario».

De acuerdo con Milei, «la sociedad está buscando nuevos responsables y tenemos que asumir liderazgo en esta realidad. Permanecer fuertes y juntos ante los ataques de la izquierda en algo así como la internacional derechista».

Finalmente, el mandatario argentino invitó a los presentes a ser optimistas y autoexigentes, señalando: «La política es el arte de hacer posible lo que los mediocres llaman imposible». Inmediatamente finalizó con su usual «¡Viva la libertad, carajo!».

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