Corea del Sur
Los guardaespaldas del presidente surcoreano impiden su arresto en un tenso enfrentamiento con policías
La orden de arresto contra Yoon Suk Yeol, presidente suspendido de sus funciones por el Parlamento, fue frustrado por su equipo de seguridad
Las autoridades surcoreanas han tratado de detener al presidente suspendido, Yoon Suk-yeol, en su residencia después de que un tribunal emitiera una orden de arresto el pasado martes por la implantación de la ley marcial. Sin embargo, los agentes anticorrupción y la policía se han visto obligados a detener la operación por la resistencia ofrecida por los Servicios de Seguridad Presidencial.
Los Investigadores de la Oficina de Investigación de la Corrupción (OIC), quienes lideran la causa, accedieron al domicilio de Yoon —unos 30 oficiales acompañados de 50 policías—, donde el mandatario lleva recluido desde que se ordenara su detención. Fue allí donde algunos soldados de la seguridad «entraron en confrontación con la OIC en la residencia presidencial», narra un funcionario del Estado Mayor Conjunto del país a AFP.
Estos afirmaban estar «en negociaciones» con los investigadores de anticorrupción, quienes intentan consumar el arresto.
Más de 2.500 policías
«Era imposible en la práctica debido al enfrentamiento en curso (…) La preocupación por la seguridad del personal en el lugar llevó a la decisión de parar la ejecución», exponía la OIC a través de un comunicado. Desde el principio, los guardaespaldas de Yoon se han negado a colaborar, entorpeciendo las averiguaciones y bloqueando varias veces las órdenes de registro en las dependencias presidenciales.
El gran dispositivo policial acordonaba la zona donde los seguidores del presidente suspendido se concentraban —hay quien pasó la noche allí— mientras coreaban su nombre. «La orden de captura ilegal no es válida», recitaban los cerca de 1.200 acólitos. La agencia local de prensa Yonhap cifraba a los agentes en 2.700, así como 135 autobuses para crear bloqueos y evitar enfrentamientos entre los partidarios de Yoon.
Yoon enfrenta cargos de insurrección y abuso de poder por imponer la ley marcial, además de que ha ignorado hasta en tres ocasiones las citaciones para ser interrogado por ello. Así, se desencadenó la emisión de la orden, que el líder surcoreano se comprometió a combatir. De hecho, uno de sus abogados, Yoon Kap-keun, calificó el arresto como «ilegal e inválido», considerándolo «ilegítimo» y prometiendo tomar «acciones legales».