La extrema izquierda fracasa en su moción de censura a Bayrou, que sobrevive gracias al apoyo de Le Pen
Marine Le Pen ya se encuentra en el lugar que quería. El que más poder le da dentro de su posición actual. Su apoyo al gobierno del primer ministro François Bayrou ha garantizado su supervivencia ante la moción de censura que le ha presentado La Francia Insumisa, la coalición de izquierdas liderada por Jean-Luc Mélenchon. Con esto, la líder de la Agrupación Nacional consolida su papel como indispensable en la supervivencia del Ejecutivo, que sabe que no puede cruzar ninguna línea de roja si no quiere correr la misma suerte que su predecesor, Michel Barnier.
De hecho, en nombre del partido de Le Pen, Sébastien Chenu recordó a Bayrou que su futuro está en sus manos. «Los socialistas han deseado creer que el señor Bayrou dará marcha atrás a la reforma de las pensiones que nosotros queremos abolir, para restaurar la jubilación a los 60 años. Esperamos a pie firme las decisiones concretas del gobierno. Cuando se conozcan esas decisiones será el momento de censurar, si es necesario. En su momento, juzgaremos al gobierno por sus actos» sentenció.
La votación tenía escasas probabilidades de salir adelante ya desde primera hora de esta tarde, cuando Olivier Faure, líder de los socialistas, anunció su decisión de no sumarse a la moción. «Estamos en la oposición y ahí seguiremos», pero dentro de «una apertura al compromiso», afirmó Faure desde el estrado. «Hemos optado por no practicar la política de lo peor porque puede conducir a lo peor, al triunfo de la extrema derecha», añadió.
Por lo tanto, a La Francia Insumisa no le bastó con el apoyo de los ecologistas y comunistas para tumbar al Gobierno de Bayrou. El primer ministro, un aliado histórico de Macron, ha preferido negociar con los socialistas para alejar una moción de censura y les ha ofrecido varias concesiones para convencerlos. «El Partido Socialista rompe el Nuevo Frente Popular. Pero capitula solo. Los otros tres grupos votan la censura», aseguró su líder Jean-Luc Mélenchon, en referencia también a ecologistas y comunistas. La moción registró 131 votos a favor, tal como anunció tras el recuento la presidenta de la Asamblea Nacional, Yäel Braun-Pivet, lejos de la mayoría absoluta de 288 necesarios para hacer caer al Ejecutivo.
Sin embargo, el primer ministro sigue dentro de una situación peligrosa, y la hora de la verdad llegará cuando tenga que aprobar los presupuestos de 2025, una negociación donde cualquier consesión de más a las fuerzas de la derecha o las de la izquierda podrían hacerle caer.
Las concesiones a los socialistas
De cara a sobrevivir a esta primera moción de censura, François Bayrou ha tenido que realizar diversas concesiones estratégicas a los socialistas, creando disidencias dentro de la izquierda francesa. Esas concesiones consisten en la cancelación del reembolso parcial de medicamentos y consultas médicas, y la ampliación de mil millones de euros del gasto sanitario.
El primer ministro ha confirmado también el «abandono» de los 4.000 recortes de puestos docentes, pero también de los «dos días de espera» adicionales para los funcionarios, decisiones anunciadas respectivamente por sus ministras Élisabeth Borne (Educación) y Amélie de Montchalin (Hacienda). El jefe de Gobierno también renuncia a los recortes previstos para los Territorios de Ultramar, cuyo presupuesto será, por el contrario, «superior al de 2024» , y para France Travail, que por tanto no se verá recortado en 500 puestos.
La jefa de los ecologistas, Marine Tondelier, se felicitó por «las concesiones enumeradas por François Bayrou». Sin embargo, los diputados ecologistas seguirán censurando al gobierno, argumentado que las «reglas del juego» están manipuladas en la renegociación de la reforma de las pensiones, incluso con el compromiso de François Bayrou de remitir las pensiones al Parlamento en caso de que los interlocutores sociales alcancen un acuerdo solo parcial.
Por su parte, La Francia Insumisa justificó su decisión de presentar esta moción de censura argumentando que «el gobierno de Bayrou se ha inventado unas presuntas negociaciones donde sus adversarios siempre son perdedores». A esto, el primer ministro respondió que las fuerzas de la izquierda quieren «imponer una guerra intestina permanente contra la integridad de nuestro país».
El Gobierno de Bayrou ha superado el primer gran obstáculo del camino, pero sabe que le espera una ardua carrera si quiere salir victorioso de la situación en la que les colocó Emmanuel Macron. Con la reforma de las pensiones y los presupuestos en el horizonte, cualquier paso en falso o concesión de más supondrá su caída.