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El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, junto a los líderes europeos el pasado 2 de marzo, en Londres

El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, junto a los líderes europeos el pasado 2 de marzo, en LondresEFE

Starmer vuelve a convocar a los líderes europeos tras las contradicciones de Putin sobre la tregua en Ucrania

La portavoz de Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió este jueves que no tolerarán el despliegue de fuerzas europeos en el país invadido y que esto «significaría la implicación de esos países en un conflicto armado directo» con Rusia

El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha convocado de nuevo, este sábado, a los líderes europeos de manera telemática para abordar las perspectivas sobre una futura paz de Ucrania y acordar una postura común sobre el papel que jugará el Viejo Continente. «(Vladimir) Putin no puede jugar con las propuestas de alto el fuego de (Donald) Trump», advirtió este viernes Starmer. El líder británico ya reunió, aunque de manera presencial, a los principales jefes de Estado europeos el pasado 2 de marzo, tan solo dos días después del encontronazo en el Despacho Oval entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodmir Zelenski.

Más de diez días después de esta cita, parece que las tensiones entre Trump y Zelenski se han ido diluyendo. El pasado martes, delegaciones ucranianas y estadounidenses se reunieron en la ciudad costera de Yeda, en Arabia Saudí, y acordaron un alto el fuego de 30 días por mar y aire. En una declaración conjunta, al término de la reunión que se alargó durante todo el día, Washington se comprometía a «dialogar sobre estas propuestas concretas con representantes de Rusia».

Precisamente con este objetivo, el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, se subió en un avión y puso rumbo a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin. Sin embargo, las primeras declaraciones vertidas desde el Kremlin no eran nada halagüeñas. El principal asesor de Putin para política exterior, Yuri Ushakov, adelantaba que rechazarían la propuesta de tregua ya que solo serviría para que Ucrania se rearmara.

Ushakov trató de suavizar sus palabras diciendo que «una tregua no es otra cosa que un respiro provisional para los soldados ucranianos. Nada más. Nuestro objetivo es un arreglo pacífico duradero que tenga en cuenta los intereses legítimos de nuestro país». Horas después, Putin, con gran sutileza, evitó rechazar directamente el plan de Trump para Ucrania, pero impuso sus condiciones. «Hay temas que tenemos que discutir», insistió el exespía de la KGB. En otras palabras, Moscú impondrá sus exigencias, muchas de ellas maximalistas, con el fin último de dilatar las conversaciones ahora que cuenta con la iniciativa bélica en el terreno.

Putin, tratando de regalar los oídos al estadounidense, aseguró estar de acuerdo con la propuesta de alto el fuego para cesar las hostilidades, «pero partimos del hecho de que este alto el fuego debe conducir a una paz duradera y debe eliminar las causas profundas de esta crisis». Trump contestó desde el Despacho Oval, sentado junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que las conversaciones con Rusia «van muy bien», y que «le encantaría» verse con Putin «pronto».

Del encuentro entre Wtikoff y Putin no ha trascendido casi información. Sin embargo, en su rueda de prensa diaria, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que el presidente ruso entregó un mensaje a Trump a través de su enviado especial. El portavoz ruso se mostró «prudentemente optimista», pero matizó que aún «queda mucho por hacer».

Aun así, el republicano acudió este viernes a su cuenta de Truth Social, para acallar los rumores y dejó claro que Estados Unidos mantuvo unas «conversaciones muy buenas y productivas con el presidente Vladimir Putin de Rusia, y hay muchas posibilidades de que esta horrible y sangrienta guerra llegue por fin a su fin». Trump aprovechó también el mensaje para pedir al ruso que perdona la vida de los soldados ucranianos que, según él y comprando la versión del Kremlin, «están completamente rodeados» en la región rusa de Kursk. El benevolente Putin les dio ayer dos opciones: «Rendirse o morir».

El mensaje que Witkoff transmitió a Trump es de sobra conocido. Las exigencias y condiciones de Putin para poner fin a la guerra de Ucrania van desde el reconocimiento de la soberanía rusa sobre la península de Crimea y las cuatro penínsulas anexionadas desde la invasión (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia), garantías de que Ucrania nunca forme parte de la Alianza Atlántica (OTAN) e, incluso, echar a Zelenski para imponer un Gobierno títere que se pliegue a los deseos de Moscú.

Rusia tampoco permitirá que Europa, como han planteado Reino Unido y Francia, envíe soldados a Ucrania para monitorear un posible alto el fuego. La portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, advirtió este jueves que no tolerarán el despliegue de fuerzas europeos en Ucrania y que esto «significaría la implicación de esos países en un conflicto armado directo con nuestro país». Con todo, Starmer pretende avanzar en la postura europea sobre el conflicto, mientras desde Bruselas se ha anunciado un nuevo plan millonario de rearme y el Viejo Continente se prepara para un posible abandono del paraguas de seguridad estadounidense.

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