El presidente electo de EE.UU. Donald Trump y Nicolás Maduro, dictador de Venezuela
Estados Unidos amenaza a Venezuela con sanciones más severas si no acepta la repatriación de sus ciudadanos deportados
Washington endurece su postura ante Caracas, exigiendo la recepción de vuelos de deportación sin condiciones ni demoras
Maduro reclama a la ONU protección para los venezolanos deportados en El Salvador
Estados Unidos advirtió este martes a Venezuela sobre la posibilidad de imponer nuevas y severas sanciones si el gobierno de Nicolás Maduro continúa rechazando la llegada de vuelos con ciudadanos venezolanos deportados desde territorio estadounidense. La administración de Donald Trump ha dejado claro que esta cuestión no es negociable y exige una respuesta inmediata por parte del régimen venezolano.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, comunicó la advertencia a través de la red social X: «A menos que el régimen de Maduro acepte un flujo constante de vuelos de deportación, sin más excusas ni demoras, Estados Unidos impondrá nuevas sanciones duras y crecientes». Rubio subrayó que Venezuela tiene la obligación de recibir a sus ciudadanos repatriados y enfatizó que «este no es un tema de debate ni negociación».
Operación de deportación masiva
Desde su regreso a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, Donald Trump ha intensificado una operación para deportar a inmigrantes en situación irregular, a quienes acusa de ser responsables de la inseguridad y el crimen organizado en el país. La prioridad de la administración republicana son los miembros de organizaciones criminales internacionales, como los cárteles de droga mexicanos, la pandilla M-13 y el Tren de Aragua, grupo de origen venezolano declarado como una organización terrorista global.
En este contexto, Washington ha presionado a diversos países latinoamericanos para que colaboren con las deportaciones. El Salvador, bajo el liderazgo de Nayib Bukele, ha respondido favorablemente e incluso ha ofrecido detener a migrantes deportados en una megacárcel. Guatemala también ha aceptado un incremento en los vuelos de repatriación. Sin embargo, la respuesta de Venezuela ha sido diferente, lo que ha provocado un nuevo foco de tensión diplomática.
El conflicto escaló este fin de semana, cuando Trump invocó una antigua ley de guerra de 1798 para justificar la deportación de 238 venezolanos hacia El Salvador
Conflicto con Venezuela y represalias económicas
La relación entre Washington y Caracas se ha deteriorado aún más debido a la negativa de Maduro a mantener el ritmo de vuelos acordado. Como represalia, Estados Unidos revocó la licencia que permitía a la petrolera Chevron operar en Venezuela, un golpe económico significativo para el gobierno de Maduro.
Aunque el pasado 13 de marzo Venezuela anunció que aceptaría reanudar los vuelos de deportación, al día siguiente el gobierno de Maduro suspendió la operación alegando problemas meteorológicos. Esta situación ha agravado las tensiones entre ambos países, que no mantienen relaciones diplomáticas formales desde 2019, cuando la administración de Trump impuso una serie de sanciones económicas contra Caracas.
Respuesta de Maduro
El conflicto escaló este fin de semana, cuando el presidente Trump invocó una antigua ley de guerra de 1798 para justificar la deportación de 238 venezolanos hacia El Salvador, donde fueron detenidos en una megacárcel. Maduro calificó la acción como «anacrónica» y denunció que los deportados fueron tratados de manera injusta.
«Estos migrantes venezolanos fueron secuestrados, no se les permitió defenderse y fueron tratados como criminales y terroristas», declaró Maduro. «Nuestros migrantes no son delincuentes ni asesinos, son personas de bien. No descansaré hasta lograr su regreso sano y salvo».
El gobierno de Venezuela ha denunciado que las medidas adoptadas por Washington son una forma de presión política y un intento de desestabilizar la situación interna del país. Maduro ha insistido en que los migrantes venezolanos tienen derecho a la defensa y que las deportaciones masivas violan los derechos fundamentales de estas personas.
El gobierno de Venezuela ha denunciado que las medidas adoptadas por Washington
La comunidad venezolana en Estados Unidos también ha sido golpeada por la decisión de Trump de revocar la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS), que amparaba a más de 600.000 venezolanos. Este programa permitía a los ciudadanos extranjeros permanecer en Estados Unidos cuando las condiciones en su país de origen hacían imposible un retorno seguro.
Según datos del Instituto de Políticas Migratorias (MPI) con sede en Washington, aproximadamente 770.000 venezolanos residían en Estados Unidos en 2023. La cancelación del TPS deja a esta población en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad frente a las políticas migratorias de la actual administración republicana.
