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Robert Kennedy Jr., junto a Donald Trump

Robert Kennedy Jr., junto a Donald TrumpAFP

Robert Kennedy Jr. reducirá la plantilla del Departamento de Salud en un 24 %

El personal pasará de 82.000 a 62.000, tras la suspensión de 10.000 empleos sumados a los otros 10.000 que dejarán «voluntariamente» el cargo

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) ha anunciado este jueves una «drástica reestructuración» que implicará la supresión de 10.000 empleos.

Este ajuste se suma a las aproximadamente 10.000 salidas «voluntarias» que han ocurrido desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, lo que ha provocado una disminución significativa del personal del departamento, de 82.000 a 62.000 empleados a tiempo completo. De acuerdo con la información revelada por The Wall Street Journal, que tuvo acceso a documentos internos del HHS, esta reestructuración «ahorrará a los contribuyentes 1.800 millones de dólares». Sin embargo, las implicaciones del recorte han generado preocupación dentro del sector sanitario, especialmente por la afectación que tendrá en agencias clave como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

El recorte anunciado por HHS impactará de manera significativa en varias agencias federales, entre ellas la FDA, que perderá 3.500 empleados, lo que representa aproximadamente el 19 % de su plantilla; el CDC, que verá reducida su fuerza laboral en 2.400 empleados, equivalente al 18 % del total; el NIH, que sufrirá una disminución de 1.200 trabajadores, lo que equivale al 6 % de su personal; y los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CDS), donde se recortarán 300 empleos, reduciendo su plantilla en un 4 %. Además, el plan de reestructuración contempla la reducción del número de oficinas regionales, que pasarán de 10 a 5, lo que podría afectar la coordinación de servicios a nivel estatal y local.

El anuncio de esta reestructuración ha generado un intenso debate sobre sus posibles repercusiones en la salud pública del país. Críticos de la medida advierten que la reducción del personal en agencias como la FDA y los CDC podría debilitar la respuesta a crisis sanitarias, la fiscalización de medicamentos y alimentos, así como la investigación médica fundamental para el desarrollo de nuevos tratamientos. Por otro lado, defensores de la reestructuración argumentan que la medida es necesaria para reducir el gasto público y aumentar la eficiencia dentro del HHS.

Según el gobierno, esta drástica reestructuración permitirá reasignar recursos hacia programas prioritarios sin comprometer la calidad del servicio. La reducción del personal del Departamento de Salud bajo la administración de Robert Kennedy Jr. se perfila como uno de los ajustes más significativos en la historia reciente del sistema de salud pública de EE. UU., marcando un antes y un después en la política de gestión gubernamental en materia sanitaria.

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