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Pablo Uribe Ruan
Pablo Uribe Ruan
EL DEBATE EN AMÉRICA

El inoportuno enemigo de derechas de Lasso

Jaime Nebot profundiza la división de las derechas y abre el camino para el retorno de Rafael Correa a Quito desde Bruselas

Actualizada 08:45

AME1149. QUITO (ECUADOR), 24/05/2023.- El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se retira luego de presentar su informe a la Nación tras la muerte cruzada que cerró la Asamblea Nacional, hoy en la Plataforma Gubernamental, en Quito (Ecuador). El presidente presentará su informe en el sur de la ciudad y no en la sede de la Asamblea debido a que disolvió el Legislativo el pasado miércoles al decretar la "muerte cruzada" y pedir la convocatoria a elecciones anticipadas para conformar el Ejecutivo y el Legislativo, que estarán en funciones hasta mayo de 2025. EFE/José Jácome

El presidente de Ecuador, Guillermo LassoEFE

Hay gobiernos que en su misma orilla política encuentran a sus mayores detractores. A Guillermo Lasso le pasa algo así con Jaime Nebot, que llama a su gobierno «malo», «descolorido» e «incontrolable de boca». Como si fuera Rafael Correa, pero él es un político de esos alérgicos al socialismo del Siglo XXI.

Lejos de la izquierda ecuatoriana, el líder del Partido Social Cristiano (PSC) de Ecuador, Nebot, quiere ser el próximo presidente de Ecuador. En las derechas, pica en punta, por experiencia y bagaje, como posible candidato en las adelantadas elecciones del 20 de agosto. Esto, luego de que Lasso invocara la figura de la «muerte cruzada», que obliga a adelantar los comicios presidenciales a cambio de disolver el Parlamento.

La confusión de Nebot

Nebot, sin embargo, confunde política con precipicio. A ver, mejor: carece de sentido común. Así, profundiza la división de las derechas y abre el camino para el retorno de Correa desde Bruselas. De Guayaquil, como Lasso, el líder de derechas es de esos que olvida que la supervivencia del modelo es más importante que las aspiraciones políticas.

Lasso ya no sabe si atajar primero los ataques de Correa y Leonidas Iza o dedicarse al líder socialcristiano

Marcada por intereses electoreros –intriga politiquera–, la división de las derechas entre CREO y el PSC, natural dentro de un sistema de partidos, ha llegado al punto en que Lasso ya no sabe si atajar primero los ataques de Correa y Leonidas Iza –líder del movimiento indígena Cotopaxi– o dedicarse al líder socialcristiano.

Triunvirato de la conspiración

A este grupo de opositores el presidente de Ecuador los llama «el triunvirato de la conspiración». Lo lidera la venenosa oposición de Correa. Que lógicamente es entendible: Lasso representa todo lo contrario a él, empezando porque no ha usado el Estado para crecer sus arcas. Pero lo de Nebot, aliado con su manifiesta posición de contradictor, es difícil de comprender. La política, dirán algunos.

Un Ecuador desprestigiado y a la deriva, y usted hablando de pintura …. Píntese de presidenteJaime Nebot

«Un Ecuador desprestigiado y a la deriva, y usted hablando de pintura …. Píntese de presidente, que, por no serlo, está muy descolorido y casi desaparecido», ha dicho Nebot. Hay que mencionarlo, esta reacción viene después de las palabras de Lasso contra el líder del PSC en un acto oficial. «Hasta se pintan el pelo para que no se le vean las canas», dijo.

Al final, no son raros los tintes en política. Llevamos una década viendo un naranja fosforescente teñir la cabeza de Donal Trump. Como aquel negro cenizo que acompañó la cabellera de Carlos Menem, el riojano que lucía unas largas patillas.

Más allá de los tintes

Pero las diferencias entre Nebot y Lasso van más allá de las pinturas. En noviembre de 2021, el PSC rompió con Lasso por la elección del presidente del Parlamento y desde entonces ha sido un acérrimo opositor. A tal punto de que apoyó el juicio política contra Lasso, que lideró el partido de Correa, Movimiento Revolución Ciudadana, que hoy gobierna en Guayaquil y Quito y es la principal fuerza política en el Congreso.

Acorralado, Lasso no ha tenido de otra que invocar la «muerte cruzada» y, poco a poco, se ha ido quedando sólo, como Carlos Mesa en Bolivia, en los tiempos en los que Evo Morales aprovechaba la división de las derechas y se petrificó -como un escultura- en el poder.

Es difícil que los conservadores ecuatorianos retengan el poder

A la espera de las próximas elecciones presidenciales, es difícil que los conservadores ecuatorianos retengan el poder. Tienen hoy un presidente impopular, aislado y que lo atacan por todos lados.

Eso sí, es valiente. Pero sin aliados. Sin ningún partido que le dé la mano, sin una derecha unida. Por los cálculos electoreros de Nebot que, además, han estado mal hechos: el PSC fracasó en las elecciones municipales.

Una vez más, las derechas se dividen en América Latina, como en Bolivia, Venezuela, Perú. No han caído en cuenta que en Ecuador antes hubo un presidente semiautoritario de izquierda, Rafael Correa, que respira profundo desde Bélgica para volver a gobernar, así sea mediante un elegido.

Ella misma, la derecha, se lanza al precipicio.

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