Práctico
Tres aspectos muy polémicos del nuevo carnet de conducir que ni Bruselas ni la DGT han contado todavía
La nueva directiva europea de seguridad vial que desarrolla el carnet de conducir va a suponer que muchos conductores pierdan su licencia o no lleguen ni a tenerla
La Unión Europea lleva años trabajando en lo que ha venido a denominar el carnet de conducir digital, una simplificación que esconde una completa modificación del carnet de conducir vigente en la actualidad en todo el territorio comunitario.
Tras la eliminación de miles de vehículos de las carreteras mediante la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones, Bruselas apuesta ahora por reducir también el número de conductores en carretera, para lo cual el nuevo carnet complica tanto su obtención como su renovación, facilitando además su retirada.
Menos carnets en circulación
Si en lo referente a las emisiones el reto de Bruselas era alcanzar la neutralidad en 2050, con un parque 100 % eléctrico, aunque para ello haya tenido que prohibir los coches de combustión, en el caso de la siniestralidad el objetivo es lograr las cero muertes por accidente de tráfico en 2050, un reto que va a justificar también la reducción del número de conductores en carretera.
Tras las medidas más llamativas de este nuevo carnet, que abandonará el formato físico para transformarse en digital y permitirá conducir a menores de 18 años con un acompañante (un modelo muy a la americana) se esconden otras tres medidas de calado que van a afectar al volumen de conductores.
Examen de salud mental
Por un lado, Bruselas plantea complicar la obtención y la renovación del carnet de conducir, para lo cual habla de un reconocimiento médico en el que se debe valorar la aptitud mental y física del aspirante.
Ya en su momento se habló de que era muy posible que los aspirantes a conductores tuvieran que realizar una serie de test y pruebas psicológicas para poder tener acceso al carnet. Algo así como un examen de salud mental.
En paralelo, Bruselas plantea facilitar los mecanismos para la retirada del carnet de conducir en toda Europa, lo que supone que cualquier país va a estar capacitado para retirar el carnet a un conductor, independientemente de la nacionalidad del mismo y del lugar de expedición de la licencia. Algo que complicaría muchísimo los mecanismos para los recursos y deja a los conductores en situación de indefensión.
Más retiradas de carnet
Por último, pone también el punto de mira sobre los conductores mayores de 65 años, permitiendo a los países miembros de la UE que reduzcan los períodos de renovación de este colectivo tan sensible.
Una decisión tachada de edadista y contraria a las propias estadísticas que muestran que son el colectivo protagonista de menos accidentes y a la Organización Mundial de la Salud que recientemente invitó a los países miembros a que permitan que sus mayores conduzcan como medida para retrasar el envejecimiento.