Práctico
Así funciona el truco del celo que explican en las autoescuelas pero jamás te contaría la DGT
Más allá de hacernos más fácil el día a día, muchos de estos trucos de autoescuela sirven para mejorar nuestra seguridad
En España es prácticamente imposible sacarse el carnet de conducir sin pasar por una autoescuela. Más allá de la enseñanza teórica, donde no hay más trucos que estudiar, a la hora de sacarse el examen práctico de conducir sí que hay determinadas astucias que los profesores buenos explican a sus alumnos.
Por ejemplo, al aparcar hay referencias obligatorias que hay que comprobar como que el retrovisor de nuestro coche quede a la altura de los neumáticos delanteros del coche junto al que vamos a estacionar y cosas así.
Más vale maña...
Al volante los retrovisores laterales también proporcionan una referencia básica muy importante en materia de seguridad vial.
En este caso sirven para solucionar un problema práctico habitual: saber cuándo podemos volver a nuestro carril tras adelantar a otro coche.
La realidad es que no es nada sencillo saber cuando podemos volver a circular por nuestro carril sin molestar al otro coche que acabamos de sobrepasar, este vehículo se mete en nuestro ángulo muerto y es muy difícil de saber.
El truco del celo
Para ello el truco que nos cuentas en las autoescuelas es sencillamente fantástico. Por un lado, podemos mirar el retrovisor del lado en el que se encuentra el coche al que acabamos de adelantar y si vemos su frontal podemos leer la matrícula es que podemos volver a nuestro carril sin problemas.
También podemos aplicar el truco del celo, en este caso basta con pegar un celo en horizontal hacia la mitad de los retrovisores laterales.
Si el coche adelantado está por debajo de este celo significa que todavía no podemos volver a nuestro carril, pero si está por encima sí que podemos sin dudarlo, pues la posición del frontal del otro coche es una referencia válida respecto a su distancia. Un truco tan sencillo como válido y funcional a la hora de evitar accidentes.