Carburantes
El motivo por el que Repsol cree que Bruselas no prohibirá los coches gasolina y diésel
Los planes anunciados por Bruselas contemplan prohibir la venta de coches eléctricos en 2035 y su circulación en 2050
Hace ya meses que la petrolera española Repsol ha hecho una apuesta muy fuerte por los combustibles renovables, se trata de unos carburantes con origen en material orgánico como puede ser simple aceite usado de cocina, algas o desperdicios vegetales que no necesitan el petróleo en su fabricación.
La clave de estos combustibles es que son capaces de transformar en cero emisiones a los vehículos con motor de combustión que los utilizan, siendo compatible con la mayor parte de los coches que circulan hoy por la calle.
100 % compatibles
En este caso Repsol ha comercializado ya más de cinco millones de litros de este producto, que fue lanzado en junio de 2022. Inicialmente su utilización se ciñó a grandes flotas y empresas de transporte, si bien desde mayo del año pasado está disponible para el público particular en gran número de estaciones de servicio.
Esta misma semana durante la presentación del plan estratégico de Repsol Josu Jon Imaz, consejero delegado, explicaba la posición de la petrolera ante la normativa anunciada hace un año por Bruselas que prohibirá la venta de coches de combustión en 2035 y su utilización en 2050.
En el aire
Imaz fue muy claro respecto a la previsión de futuro sobre la que trabajan «creo que no se van a prohibir los motores de combustión a partir de 2035. Este anuncio ha provocado que los fabricantes hayan dejado de evolucionar sus propulsores de combustión en materia de emisiones. El consumo de los motores ha ido bajando de 12 litros a los 100 kilómetros a 10, después a 7 pero hace años que no baja porque los fabricantes ya no encuentran incentivo en ello. ¿Quién va invertir en unos motores que van a prohibir?».
Un problema muy serio que para Imaz tiene una consecuencia inmediata: «el parque móvil sigue envejeciendo, ya vamos por más de 12 años de antigüedad media cuando en 2008 era ocho años. Las emisiones de CO2 en España se reducirían un 30 % en España con la renovación del parque, es decir un diésel antiguo por uno nuevo. En esta transición el vehículo eléctrico es necesario, pero no toda la movilidad va a ser eléctrica».
Envejecido y contaminante
Con estas declaraciones Josu Jon Imaz ponía en valor la apuesta de la compañía, «la puesta en funcionamiento de la planta de energía de renovables de Cartagena en la que vamos a producir 250.000 toneladas de diésel va a reducir las emisiones en 800.000 toneladas».
«Esta reducción equivale a la venta de 400.000 vehículos eléctricos en materia de descarbonización, con la diferencia de que nos habremos ahorrado 4.000 millones de euros a los ciudadanos en subvenciones». Hay que tener en cuenta que en la actualidad el Gobierno aporta entre 5.000 y 6.000 euros por cada coche eléctrico matriculado. «Sin duda la ruta más eficiente».
En la medida que estos combustibles aseguren las cero emisiones su comercialización contribuirá a la descarbonización de la atmósfera y permitirá que coches eléctricos y de combustible convivan en el tiempo, una medida que conviene tanto a multinacionales como a los Gobiernos y a los propios ciudadanos.