Práctico
La función oculta de los reposacabezas que los fabricantes de coches no te cuentan
Los coches son verdaderas cajas de sorpresas con numerosas funciones ocultas que nunca descubrimos por no leer el manual de instrucciones
Podemos decir que la década de los 60 supuso el pistoletazo de salida de la seguridad vial, de aquellos años datan dos de los inventos que probablemente han salvado más vidas en carretera. Por un lado, en 1956 vieron la luz los cinturones de seguridad, mientras que en 1960 se patentaron los reposacabezas.
Volvo y Mercedes Benz estaban detrás de estas innovaciones que podemos decir que cambiaron la historia del automóvil y le dieron forma tal y como es hoy en día. De hecho, los fabricantes cedieron las patentes para que otras marcas pudieran usarlos, todo un compromiso con la sociedad.
Sin patente
Pese a su aparente sencillez, los reposacabezas esconden mucho más de lo que su sencillo diseño aparenta. Por un lado están diseñados para amortiguar el temido latigazo cervical, para lo que cuentan con un mecanismo que frena la cabeza cuando por efecto de un golpe posterior se desplaza violentamente hacia atrás.
Para ello los reposacabezas se insertan en el asiento con dos largas varillas, de manera que en caso de golpe se desplazan con suavidad para amortiguar el impacto. Un mecanismo que, pese a no ser muy conocido, ha salvado millones de vidas.
Seguridad cervical
Pero no nos referimos a ello cuando hablamos de una función secreta, sino a lo que podemos hacer con las varillas cuando sacamos el reposacabezas completamente.
En este caso se convierten en una herramienta perfecta con la que podemos golpear las ventanillas y romperlas en caso de emergencia, por ejemplo si nos caemos con el coche al agua y comienza a inundarse.
Una función que no es sencillo encontrar en el manual de instrucciones de ningún coche pero que sí podemos encontrar en manuales de emergencia y similares. En el vídeo podemos ver cómo realiza la maniobra un bombero haciendo palanca en uno de los laterales del cristal y no golpeándolo.