Práctico
La señal habitual en las carreteras con la que la DGT trata de quitarse un problema de encima
Algunas de las señales presentes en las carreteras podrían tener otra función más allá de avisar al conductor y de la que se beneficiaría la Administración
En numerosas ocasiones, detrás de algunas señales de carreteras se esconde el cumplimiento de obligaciones legales que debe cumplir la Administración o circunstancias similares.
Por ejemplo, conviene saber que en muchas carreteras tipo autopista y autovía no vale con que las señales estén colocadas al lado derecho de la carretera, sino que deben estar a ambos lados para asegurar la correcta visión de los conductores.
Evitar responsabilidades
De hecho, en el caso contrario, un conductor podría llegar a poner un recurso contra una sanción, por ejemplo, si el límite de velocidad solo está ubicado en el lado derecho y la señal está deteriorada podría ser motivo de anulación.
En este caso, las señales que advierten de la presencia de animales salvajes, ya sean ciervos, gamos, zorros, jabalíes o cualquier otra especie son las protagonistas de este artículo.
Animales sueltos
Conviene saber que en caso de atropello de alguna de estas especies el responsable debería ser siempre el titular de la carretera, ya sea la Red Nacional gestionada por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, o la autoridad provincial o municipal.
En este caso la presencia de esta señal lo que persigue es eliminar la responsabilidad de la Administración si se produce el atropello de un animal y el consiguiente accidente en un tramo que está correctamente señalizado.
Tal y como dice la ley, si el accidente se produce con un animal mayor de caza, como corzos o jabalíes, la responsabilidad recae sobre el conductor salvo que la presencia de animales no esté adecuadamente señalizada y a no ser que el día del accidente o el día anterior haya habido una cacería en la zona, en cuyo caso el responsable es el propietario del terreno.
Por eso se trata de una señal que es muy habitual y con la que la Administración consigue quitarse de en medio en posteriores reclamaciones.