Práctico
El truco de la mayor distribuidora de combustible low cost de España para saber si una gasolinera es de fiar
La compañía, que tiene casi 270 gasolineras distribuidas en territorio nacional, quiere acabar de una vez por todas con la desconfianza de los conductores
Hace ya años que las gasolineras arrastran el karma de la desconfianza de los usuarios. Es cierto que en los años 90 e incluso a principios de los 2000 la Policía sacó a la luz varias organizaciones mafiosas de estaciones de servicio que estafaban a los clientes sirviendo menos combustible del que pagaban, pero eso hoy ha cambiado mucho.
Para ellos disponían de un sistema de radiofrecuencia que activaba diferentes modos en los surtidores en función de quién estuviera repostando, lo que permitía cobrar más de lo que realmente servían al conductor.
Al merme...
La realidad es que los controles a las estaciones de servicio son ahora más minuciosos que entonces y ahora cualquier tipo de fraude de este tipo es mucho más complicado.
Además de las revisiones oficiales de los surtidores, que deben estar siempre precintados, las gasolineras ponen a disposición de los conductores sistemas para verificar la cantidad de producto que venden.
La prueba del algodón
Es la llamada prueba de la probeta, en este caso las estaciones de servicio disponen de una probeta graduada de hasta 10 litros que permite que el conductor pida una determinada cantidad y ver que coincide exactamente con el combustible que sirve.
En este caso, tal y como muestra la compañía low cost de gasolineras Ballenoil, esta medida está a disposición de todos los clientes y no existe el más mínimo problema por solicitar su uso, porque además de ser una obligación legal forma parte de los derechos de los usuarios de estos establecimientos.
La realidad es que más que desconfiar de la cantidad de combustible que sirven en las gasolineras, convendría asegurarse de que el combustible no va cargado de posos e impurezas.
Para esto la única manera es repostando en estaciones de servicio nuevas y cuidadas y en los que los tanques no son viejos, pues el problema de este tipo de depósitos es que generan posos y micropartículas que acaban en el depósito del coche pese a los filtros y al final terminan estropeando la inyección del motor, una avería muy cara.