Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, es la última responsable de la situación del sector

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, es la última responsable de la situación del sectorEuropa Press

Industria

Bruselas convierte a las marcas en mercaderes de CO2 para evitar multas millonarias

Un grupo de fabricantes pretender pagar a Tesla para beneficiarse de las cero emisiones de la marca eléctrica, lo que ya ha provocado las quejas de Renault

Hace sólo unos días que el sector del automóvil está revolucionado por CAFE, las siglas de Clean Air For Europe, el lema que se ha inventado Bruselas para denominar su método para reducir las emisiones contaminantes de los fabricantes y forzarles a vender coches eléctricos o al menos híbridos enchufables.

El sistema es kafkiano si se analiza en profundidad, pero sin entrar en detalles su funcionamiento se basa en que los fabricantes que vendan más coches de combustión de los debidos y con ello generen más emisiones de CO2 de las debidas, van a tener que pagar unas multas cuyo importe va en proporción al número de coches vendidos y los gramos de CO2 emitidos.

Cuestión de gramos

Esto quiere decir que algunos fabricantes en concreto podrían tener que pagar hasta 2.000 euros por coche de combustión vendido, cantidad que podrían repercutir en el precio final.

Los clientes de Tesla pagan los problemas de juventud de la marca

Tesla podría recibir hasta 1.000 millones de dólares por vender sus derechos de emisiones

La única forma de evitar estas sanciones, que van ligadas a las emisiones de CO2 por el tubo de escape de los coches no en su producción, es vender coches eléctricos, que homologan cero emisiones de CO2.

Las cuentas claras

Esto significa que si un fabricante vende un coche de gasolina y un eléctrico, las emisiones de CO2 del gasolina se reducen a la mitad. El límite de emisiones medio de CO2 por kilómetro y marca es de 93,6 gramos y se irá reduciendo año a año hasta llegar a las cero emisiones de CO2 en 2035, cuando se prohíba la venta de coches de combustión.

La multa sería de 95 euros por cada gramo que supere esta cifra media de emisiones y por coche vendido, lo que podría suponer más de 15.000 millones de euros entre todos los fabricantes, aunque lógicamente no todos pagarían igual.

La firma lumínica del Polestar es difícil de confundir

Polestar podría recibir del orden de 300 millones de dólares

El quid de la cuestión está en que los fabricante eléctricos, fundamentalmente Tesla y Polestar, tienen a cero su cuenta de emisiones de CO2, con lo cual la normativa les permite vender los derechos de emisiones a otros fabricantes que van a tener problemas a final de 2025.

Mancomunidad de emisiones

En este caso ya ha habido cinco marcas –Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru– que han mostrado su interés en unirse para comprar emisiones a Tesla, una mancomunidad que les permitiría seguir vendiendo coches de combustión sin penalizar.

Mercedes, por su parte, haría lo propio con Polestar y Smart. Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru podrían tener que pagar a Tesla del orden de 1.000 millones de dólares si finalmente llegan a este acuerdo, mientras que Polestar podría recibir de Mercedes unos 300 millones de euros.

Buena noticias para los conductores de coches gasolina y diésel

La reducción de emisiones termina en 2035 al prohibir la venta de coches de combustión

Renault se ha quejado oficialmente de una situación que dejaría en muy mal lugar a la industria automovilística europea, pues se trata de una atajo para salir de la senda marcada por Bruselas a los fabricantes.

Con esta normativa Bruselas no hace sino meter un palo más en las ruedas de los fabricantes europeos, que piden masivamente un aplazamiento de su entrada en vigor. Algo que podría terminar llegando si tenemos en cuenta que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha pedido ya una reunión a los principales fabricantes de automóviles europeos para analizar la situación.

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