Además del vandalismo, el robo del cobre es habitual en los cargadores

Además del vandalismo, el robo del cobre es habitual en los cargadores

Delito

Los ladrones del cobre amenazan al coche eléctrico: roban los cables de carga «de noche y sierra en mano»

El robo de los cables de una conocida estación de carga de Burgos cuestiona la seguridad de este tipo de instalaciones en las que no es raro que se produzcan hechos similares

El hotel Landa, situado en la autopista A-1 a la entrada de Burgos, es parada obligada de viajeros con buen paladar que cruzan España camino de la cornisa cantábrica o al revés, se trata de una fonda de carretera que se enorgullece de tener la mejor morcilla y las mejores croquetas de la península.

Cruce de caminos entre el norte y el sur, el Landa fue uno de los primeros puntos de esta arteria que une la meseta con ciudades tan emblemáticas como Santander, San Sebastián o Bilbao en contar con cargadores de alta velocidad para coches eléctricos.

Punto estratégico

La norteamericana Tesla fue la empresa que en 2016 confió en las instalaciones de este hotel restaurante para desplegar en su aparcamiento una instalación de alta capacidad, cuando ver un cargador era algo así como encontrarse con un unicornio blanco.

El centro de carga del hotel Landa es uno de los más usados de España

El centro de carga del hotel Landa es uno de los más usados de España

Los amigos de lo ajeno hace años que saben que donde hay luz hay cable y donde hay cable hay cobre, una ecuación que les ha llevado a convertir a las instalaciones de carga en objetivo prioritario.

De hecho hace sólo unos días que la Guardia Civil de Burgos daba cuenta de un robo en los citados supercargadores del Landa que los ha dejado inservibles.

Adiós mangueras

El robo de los cables de carga, técnicamente mangueras, robo rápido y relativamente sencillo, pues cada manguera puede llevar entre 10 y 15 kilos de cobre, lo que multiplicado con los entre 6 y 10 euros que pagan en las chatarrerías por el kilogramo de cobre significa que el botín puede llegar a ser de entre 100 y 150 euros en función del peso y de la negociación en la chatarrería.

Cada poste de carga suele contar con dos mangueras gruesas con cobre en su interior

Cada poste de carga suele contar con dos mangueras gruesas con cobre en su interior

En función de la velocidad de carga las mangueras cuentan en su interior con cables de cobre gruesos para aguantar la electricidad que pasa a través de ellos. En ocasiones están refrigerados por aceite por la elevada temperatura que generan durante su funcionamiento, de hecho basta coger uno para descubrir que 'cuesta' moverlos para poner a cargar un coche.

Vale su peso en cobre

Un botín excepcional para estos amigos de lo ajeno que normalmente tienen conocimientos básicos en electricidad para no electrocutarse.

La operación es relativamente sencilla, los cortan con una radial y se los llevan, pues salvo cuando están conectados a un coche que esté cargando no llevan corriente (12 voltios), lo que significa que en condiciones normales no debería haber riesgo de electrocución, aunque tal y como nos explican fuentes del sector siempre es un riesgo.

Tal y como explica Ferran Monegal de Kempower se los llevan en un minuto

Tal y como explica Ferran Menescal de Kempower se los llevan en un minuto

El pasado verano los rateros del cobre se cebaron en Cataluña, desmantelando instalaciones completas en Reus, Tarragona, Baix Penedès y Bages.

Tal y como explicaba entonces en redes sociales Ferran Menescal, manager de Kenpower, se trata de algo habitual en otros países de Europa como Holanda o Alemania, «el modus operandi es ir de noche, sierra en mano y pim pam».

Más de 1.000 euros por cable

Hay que tener en cuenta que lo que pare ellos es un botín que como ya hemos dicho les reporta unos 150 euros por manguera en el mejor de lo casos, supone una avería muy seria para los instaladores, pues el precio de una manguera de carga en función de la capacidad y de la velocidad puede ir de los 1.000 a los 8.000 euros, cifra que hay que multiplicar por el número de cargadores afectados.

El robo de mangueras está más extendido de lo que parece

El robo de mangueras está más extendido de lo que parece

Fuentes del sector nos confirman que los robos son más habituales en las instalaciones solitarias y poco vigiladas, por lo que no es habitual que se produzcan en gasolineras, que normalmente cuentan con cámaras.

Este tipo de delitos inutiliza la instalación durante semanas, de manera que estos cargadores se suman al la triste estadística de un 25 % de puntos de recarga que están fuera de servicio, bien porque directamente no han sido activados o bien porque han sufrido vandalismo o robo.

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