
Un gorrilla junto a los coches que se encarga de 'cuidar'
Aparcamiento regulado
«Págame o te rayo el coche»: los gorrillas en pie de guerra contra los conductores
Los gorrillas forman un colectivo muy numeroso pero invisible, el último eslabón de mafias que ganan mucho dinero trabajando las calles y que se han convertido en un peligro para los conductores
Sergio es natural de Murcia, el pequeño de una familia trabajadora que con su primer sueldo se compró un coche, hace años que aparca en un descampado junto a su casa, una zona congestiona de la ciudad en la que no es sencillo encontrar un sitio para estacionar.
«Antes conocíamos a casi todos los gorrillas, es cierto que nos ayudaban e incluso nos cuidaban los coches por una propinilla, pero eso pasó a la historia, ahora se ha convertido en un negocio de decenas de gorrillas que se reparten las zonas, verdaderas mafias que te amenazan y te amedrentan a la menor».
Mafias que amedrantan
Así relata Sergio cómo ha evolucionado el negocio de los gorrillas los últimos años, «no saben ni hablar español, muchas veces sospechamos que además de esto trapichean con droga y no tienen el menor problema en amenazarte echándose el dedo al cuello si no llevas suelto o creen que les has dado poco dinero». «El otro día no llevaba suelto y me amenazaron que si no le pagaba mañana no me cuidaba el coche... y todos sabemos lo que eso significa».

El negocio está controlado por subsaharianos y rumanos
La Policía no puede actuar
La Policía Municipal hace lo que puede, en Córdoba han llegado a poner más de 5.000 denuncias en un solo año, se trata de una actividad ilegal, ellos no tienen la menor autorización para reservar plazas de aparcamiento, regular el tráfico ni el estacionamiento y mucho menos para cobrar por ello. Todo eso sin citar que no es raro que estén en posesión de sustancias estupefacientes o cosas robadas de los propios coches.
Tal y como indica un Policía Local, «el problema real es que les denuncias y no vale de nada, normalmente no tienen documentación y mucho menos residencia, acumulan decenas de sanciones y les da igual, no tienen nada… Además es muy difícil probar que ha habido amenazas a algún conductor, tal y como ocurre a diario».

Otras de sus funciones es indicar mientras el coche aparca
Se trata de una actividad cada vez más habitual en España, una forma de vida para los recién llegados que normalmente controlan mafias rumanas y africanas, que suelen tener enfrentamientos importantes por el control de determinadas zonas.
Mafias organizadas
El problema va mucho más allá, porque se ven obligados a comer en la calle y hacer sus necesidades en las zonas donde trabajan, el madrileño hospital de La Paz es otra de las zonas más conflictivas, en este caso está controlado por subsaharianos. Un verdadero infierno para los vecinos, pues no distinguen entre ellos y los visitantes.
La mayor parte del dinero va a parar a los jefes de los clanes, mientras que los gorrillas sólo reciben unos 15 euros al día, pero los clanes les ofrecen protección, están organizados y les permiten dormir en chabolas y zonas de polígono que tienen habilitadas para ello.
En verano se trasladan a zonas de playa para regular los aparcamientos en estas zonas, una actividad que marca el primer trabajo a su llegada a España de muchos inmigrantes que habitualmente terminan por irse a otros países o hasta que encuentran otros trabajos.