Fundado en 1910
Luis Alberto Rodríguez López-Calleja

Luis Alberto Rodríguez López-CallejaAFP

General Luis Alberto Rodríguez López-Calleja (1960-2022)

El cerebro financiero del castrismo

Ex yerno de Raúl Castro, controlaba Gaesa, el conglomerado empresarial de las Fuerzas Armadas

Luis Alberto Rodríguez López-Calleja

Luis Alberto Rodríguez López-Calleja

Nació en Santa Clara el 19 de julio de 1960 y falleció en La Habana el 1 de julio de 2022

Dedicó la mayor parte de su vida al entramado militar-empresarial de Cuba, al tiempo que ascendía en las Fuerzas Armadas, en las que alcanzó el rango de general.

La vida de Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, formado en Moscú –al igual que muchos miembros de la élite castrista–, dio un giro en 1985, año en el que se incorporó, procedente del Ministerio de Comercio Exterior, a la Dirección de Colaboración Económica del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Desde entonces, con la excepción de un periodo en Angola como oficial de inteligencia, permaneció en diversos puestos del entramado militar-empresarial, culminando su trayectoria con la presidencia de su principal herramienta, el Grupo de Administración Empresarial, Gaesa en sus siglas.

Fue creado en 1996, en pleno «periodo especial», cuando el final de la generosidad económica soviética puso a la economía cubana en una situación insostenible.

Como explica a El Debate el profesor universitario Elías Amor, delegado de la Asociación para la Economía Cubana en Europa, Gaesa es «es la estructura de propiedad del Estado, la que rige en la Constitución cubana, pero bajo la forma de un conglomerado de empresas pertenecientes a números sectores: turismo, hostelería, gastronomía, transportes, mensajería y logística».

«Todos bajo un control unitario», prosigue Amor, «para intentar que los recursos generados por esas empresas vayan directamente a las arcas del Estado». Es decir, una fuente de financiación paralela del régimen y de sus prebostes.

Nadie dudaba de la competencia de Rodríguez, pero difícilmente hubiera alcanzado ese puesto de no haberse convertido en yerno de Raúl Castro por medio de su matrimonio con su hija mayor, Débora. Amor sostiene que Raúl «prefirió colocarlo a él antes que a su propio hijo; sus razones tendría, evidentemente».

Sea como fuere, Rodríguez llegó a concentrar, por tanto, la mayor parte del poder económico de Cuba y fue el artífice de muchas de las «contrarreformas» que, desde que Raúl accedió al poder, se fueron aplicando para frenar el desarrollo «de lo que podríamos denominar una economía de actores privados».

Así consta en un documentadísimo informe publicado a principios de este año por Havana Consulting Group en el que se responsabiliza a Rodríguez, entre otros duros reproches, de mandar «parar las reformas económicas iniciadas en 2011 para detener el empuje del movimiento de emprendedores que se expandía a gran velocidad y que le estaba quitando cuota de mercado en los sectores turístico, de transporte, gastronómico y comercio minorista».

Esta tropelía no habría sido posible si Rodríguez no hubiera mantenido su poder a raíz de su divorcio y de alejamiento del poder de su suegro. Pero supo hábilmente sortear ambos obstáculos.

Hizo uso de esa autonomía para enfrentarse al actual presidente Miguel Díaz-Canel, a la línea comunista más reaccionaria del régimen, sin que eso significara adoptar una postura favorable a los cambios o a la modernización económica, sino en defensa de los intereses económicos de la familia Castro y de la cúpula militar, directamente relacionados con Gaesa.

La influencia de Rodríguez trascendía los confines de la isla. Amor señala que «tuvo un papel muy importante en todo lo relacionado con la deuda externa de Cuba, tanto la de largo plazo -la que se negocia con el Club de París y con otros prestamistas- como lo que es la deuda comercial o proveedores, que es más importante que la anterior debido al volumen de dinero que mueve».

Bloomberg le destacó en 2015 como una de las personas más influyentes de Cuba, advirtiendo a inversores extranjeros de que era necesario pasar por él para conseguir buenos negocios.

Aún tuvo tiempo Rodríguez de consolidar en fechas recientes sus posiciones escalando en la jerarquía política del régimen, formando parte desde 2011 del Comité Central del Partido Comunista Cubano y de su Buró Político desde hace unos meses.

También en 2021 obtuvo un escaño, de forma nada democrática, en la Asamblea Nacional del Poder Popular, sucedáneo de Parlamento. Curiosamente, su ficha en la web de esta última institución fue retirada pocas horas después de su fallecimiento. El diario oficialista Granma, por su parte, le rindió un homenaje más bien escueto. ¿Habrá que interpretar esas distancias en clave política?

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