Masamitsu Yoshioka (1918-2024)
El último superviviente del ataque a Pearl Harbor
Participó en la primera oleada de bombardeos, errando, sin embargo, al lanzar su torpedo sobre el USS Utah, que no figuraba entre los objetivos
Masamitsu Yoshioka
Piloto de combate
Ingresó en la Armada Imperial en 1936, sirviendo en sus filas hasta la capitulación japonesa de 1945. Era, como se ha podido comprobar, el último piloto japonés de Pearl Harbor
Masamitsu Yoshioka recibió, al igual que el resto de los pilotos aeronavales seleccionados para bombardear la base norteamericana de Pearl Harbor —operación destinada a provocar la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial— un intenso entrenamiento ex profeso entre los meses de agosto y noviembre de 1941. Mas según confesó en su última entrevista, concedida a la web especializada «Japan Forward» en mayo de 2023, el 7 de diciembre de 1941, día del ataque sorpresa, le imbuyó el temor.
Por las difíciles condiciones meteorológicas, obviamente, pero también por transportar en su avión Nakajima B5N un torpedo de una carga de 800 kilos. «Cuando despegamos del [portaaviones] Soryu aquella madrugada con nuestro torpedo a bordo», recordaba Yoshioka, pues «era la primera vez que llevábamos a cabo algo así». El torpedo inspiraba mucho respeto a los pilotos, por su potencia y por su carestía, hasta el punto de que, en las maniobras previas, recuperaban la carcasa para repararla y usarla de nuevo. Además, la pieza armamentística estaba especialmente modificado para rozar las aguas poco profundas que rodean la isla Ford, unas de las que conforman el archipiélago y en la que estaban atracados varios buques de la Armada norteamericana.
Por lo tanto, un fallo podía ser igualmente un desperdicio. Y Yoshioka falló: tras empezar a sobrevolar Pearl Harbor, confundió, en mitad del humo, al acorazado USS Utah, que no figuraba entre los objetivos designados por sus superiores, que habían ordenado destrozar prioritariamente los portaaviones enemigos. «Mientras nos alejábamos, me volví para mirar y pude ver cómo el mástil del Utah se inclinaba al escorarse. Podía ver poco más en el humo negro, pero recuerdo claramente que la parte superior del mástil del Utah era amarilla», añadió Yoshioka, cuyo lanzamiento se llevó por delante la vida de 58 miembros del acorazado.
Al no haber empañado el error cometido por Yoshioka —compartido con otros cinco B5N— el éxito general de la operación, no padeció sanción alguna, y siguió combatiendo en otros frentes navales, como el de Peleliu (Islas Palaos) o el filipino. La suerte le vino a ver cuándo, en la primavera de 1942, días antes de la Batalla de Midway, le ordenaron volver temporalmente a Japón. Salvó, probablemente, su propia vida; sobre todo evitó presenciar cómo los norteamericanos se cobraron la venganza al hundir el Soryu. La capitulación de Japón cogió a Yoshioka en una base lejos de combate. Después del final de la Segunda Guerra Mundial, sirvió durante unos años en la Fuerza Marítima de Autodefensa antes de dedicarse a actividades privadas. Nunca más volvió a Pearl Harbor ni pisó territorio norteamericano. Pero apoyó la reconciliación entre ambos países.