Sánchez: las explicaciones, en el Parlamento
Entre los rasgos que caracterizan a este sistema, y lo diferencian de las dictaduras, está la capacidad de la oposición de fiscalizar al Gobierno
Ya sabemos que vivimos en la democracia televisada, que por momento diluye las esencias y los fundamentos –además de los ritos y tradiciones– de la democracia liberal, que tanto ha ayudado a progresar al ser humano. Entre los rasgos que caracterizan a este sistema, y lo diferencian de las dictaduras, están el sufragio universal, la división de poderes y la capacidad de la oposición de fiscalizar al Gobierno. Porque un gobierno sin oposición es consustancial a todos los regímenes opresivos. Este control fundamental, que el Ejecutivo se someta a la fiscalización y la censura de los partidos que no lo apoyan, es lo que de verdad diferencia a los regímenes libres de los que no lo son. Y eso se escenifica en el Parlamento, que es donde reside la soberanía popular. Sánchez, el hombre que menos ruedas de prensa concede mientras ocupa la Moncloa, volvió ayer a hablar en TVE, uno de sus canales favoritos. Está bien, pero no es suficiente. Debe acudir al Congreso de los Diputados, responder a las preguntas que le planteen unos y otros, incluidos todos los comunistas que gobiernan con él o lo apoyan, y dar la oportunidad a todos los medios de comunicación de informar a sus audiencias. Y de paso que él hace eso, que espabile la oposición y vaya pidiendo ya una comparecencia extraordinaria. Los momentos que vive Europa, y, por tanto, España, así lo ameritan. Porque, como diría, Sánchez: «¿Qué c… tiene que pasar para que el presidente hable en ese lugar donde reside la soberanía de todos los españoles?».