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Pecados capitalesMayte Alcaraz

La güija de Ione e Irene

Dicen estas fans de Putin que los partidos que apoyan la ayuda militar a Ucrania son partidos de la guerra. Es decir, según ese razonamiento sofista, las dos formaciones de la paz en España serían Podemos y Bildu

Actualizada 07:18

Hay una querencia indisimulada en Podemos (o lo que queda de él), sicofonías de Pablo Iglesias incluidas, por el lumpen moral, por disfrutar viviendo a las afueras de Dios, por una obscena equidistancia entre buenos y malos, entre víctimas y verdugos, y si llega el dilema de tener que elegir, entonces no hay duda: del lado de los agresores. Lo ha hecho ese partido desde que nació: azotar hasta sangrar, guillotina para los Borbones, emocionarse profundamente al ver que unos manifestantes agreden a un policía, pateos a un pobre hombre por llevar una bandera de España, asalto a capillas donde la gente pacífica reza, apetito de libertad para los etarras que aún llevan sangre en sus manos...

Les mola la violencia. Bajo el paraguas del jarabe democrático caben todo tipo de tropelías: desde el acoso al hogar de un político de la derecha hasta la invasión de un país europeo, arrasando a inocentes, en las mismas narices de la OTAN. Van quedando pocos, pero todavía los hay que se relamen cuando atisban un infierno en el mundo. Y los pocos que quedan están en el Gobierno de España y se sientan ante la güija, para que Iglesias les dicte cómo querer a Putin, otro aficionado a la nigromancia, y a detestar a los gobiernos democráticos de Europa, unos «ultras» que se dedican a castigar a un «buen hombre» como Vladimiro y a socorrer a millones de seres indefensos.

El espíritu de Iglesias tiene doble tarea estos días. Primero, insultar a periodistas en las redes (después de consumir la RAE al completo contra los que no le bailan el agua, ahora arremete ya contra los de su cuerda porque –dice– no le guardan la lealtad debida). El tiempo que le deja libre difamar a los profesionales de la información lo dedica a comunicarse con Ione Belarra e Irene Montero, como si el extinto líder fuera la ultratumba parlante en boca de Whoopi Goldberg y ellas dos incondicionales de Patrick Swayze. Una de fantasmas. Así que el par de indocumentadas ministras va como alma en pena de las trolas que les mete Pedro Sánchez (el pasado martes tras el Consejo de Ministros las engañó sobre el envío de armas como había hecho la noche antes en TVE) a las consignas apolilladas de Pablo. Entre lo sublime y lo ridículo hay un escaso margen que ambas han traspasado generosamente.

Dicen estas fans de Putin que los partidos que apoyan la ayuda militar a Ucrania son partidos de la guerra. Es decir, según ese razonamiento sofista, las dos formaciones de la paz en España serían Podemos y Bildu. Prepárense: mañana, 8 de marzo, las oiremos proclamar su ideología feminista; pero que no disimulen, en la magia negra de Iglesias es el macho el que manda y las mujeres las que obedecen invocando a los muertos. No lo saben, pero Ione e Irene están tan muertas como Patrick Swayze y Pablo Iglesias.

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