La virginidad perdida de Monedero
Cuando alguien pone tanto empeño en dificultar el acceso a la información es porque sabe que lo que hay detrás no debe ser visto
Es interesante ver cómo los podemitas han ido cayendo, uno tras otro, en la sima de la corrupción económica y moral absoluta. Desde cobrar de una universidad por no ir nunca a dar clase a ganar un sueldo de una televisión al servicio de la dictadura iraní, pasando por defender sin rubor la dictadura de Putin. Y suma y sigue con múltiples ejemplos si fuera necesario.
El Debate publicaba ayer que un informe de la UDEF concluye que Juan Carlos Monedero emitió una factura de 26.200 euros a la consultora mexicana Neurona por una actividad que nunca realizó. O al menos no ha podido demostrar que lo hiciera. La virginidad ética de Monedero está definitivamente perdida, incluso a ojos de los suyos –algunos no se la atribuimos ni cuando era un niño de pecho. La UDEF («¡¿Qué coño es eso de la UDEF?!» en célebre expresión de Jordi Pujol cuando descubrió que estaba siendo investigado) es la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal y suele ser de una eficacia abrumadora. Y los agentes de la UDEF establecen que no se ha podido acreditar la consultoría. Es decir, no se sabe por qué cobró Monedero.
Pero las gentes como Monedero se pasan la vida llenándose la boca con grandes palabras sobre la ética y acabar con la corrupción. Su grado de amoralidad es tal, que son capaces de creer que hacen bien en quedarse con un dinero que –según la UDEF– no tenía el origen que se le atribuye. Y puede embolsárselo porque su sacrificio por la revolución pendiente amerita toda aportación económica imaginable. Aquí no hay corrupción, porque un mismo acto puede ser inmoral si lo realiza alguien con posiciones políticas afines a lo que llamamos la derecha, pero no si lo perpetra alguien que ha tenido un papel central en Podemos y en promover a tiranos como Hugo Chávez –ante el que se postraba de hinojos fitos en televisión– o Nicolás maduro.
En España tenemos un grave problema cuando sabemos que los amigos de tiranías como la venezolana reciben cantidades de dinero relevantes y tienen que pasar más de tres años antes de que la policía empiece a desenmascarar el uso de ese dinero. Recordemos que la factura originaria es del 30 de diciembre de 2018. Todo ello para llegar a la conclusión de que «el referido movimiento bancario podría estar tratando de enmascarar el verdadero motivo por el que Juan Carlos Monedero percibe el abono de los fondos». Confiemos en que antes o después se acabe sabiendo cuál era la verdadera razón por la que Monedero recibía esos ingresos, pero parece claro que su objetivo no era mantener el orden constitucional en ninguno de los países en los que intervenía ni creía conveniente evitar confrontaciones. Pero no se sabe por qué hay algunos a los que se concede el privilegio de poder violar la ley. A la mayoría, como es normal, no se le otorga ese privilegio.
Esperemos que al fin la UDEF esclarezca todo lo que hay detrás de las facturas de Monedero a Neurona. Cuando alguien pone tanto empeño en dificultar el acceso a la información es porque sabe que lo que hay detrás no debe ser visto. Por nadie si fuera posible.