Cuestión de tiempo

El fracaso de la gira con 'la gente' de Sánchez era algo esperado. Sacar al presidente del Gobierno de tournée por el país esperando que el populacho no desahogara su descontento nada más verlo puede entrar en el top 3 de malas ideas que han salido de Ferraz en los últimos años. Y la competencia no es floja precisamente.

El PSOE trata de ignorar las encuestas, mirar hacia otro lado pensado que Pedro puede todavía desplegar su belleza por todos los rincones de la Península cambiando votos por apretones de manos. Pero la realidad es bien diferente. A los españoles, preocupados por el paro, porque cada día les cuesta más ir al supermercado y por si cobrarán o no su pensión, no se les compra con gestos. Al menos, no llegados a este punto.

España está en crisis. No es algo nuevo, como tampoco lo es un cambio de Gobierno cuando el país ve de cerca las curvas. Aznar ya tomó las riendas cuando la economía de Felipe González flojeaba y Rajoy hizo lo propio después de que Zapatero negara una y otra vez que existiera una crisis. Ahora acecha un peligro de recesión y, una vez más, el electorado piensa en la derecha para resolver la papeleta. Eso no lo cambiará una gira por España ni insultar día tras día al líder de la oposición.

El pueblo ya ha decidido a quién votar y viene de Galicia. O, por lo menos, han decidido a quién no van a votar, salvo hecatombe como la que vivió el PP hace unos meses y que provocó la salida de Pablo Casado. De haberse estado callado, hoy lideraría las encuestas para ser presidente del Gobierno.

El cambio es inminente, lo dicen las encuestas y, sobre todo, el sentir de la gente. Falta que Sánchez le ponga fecha a la visita a las urnas y a su salida de Moncloa. Solo es cuestión de tiempo.