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UNAS LÍNEASEduardo de Rivas

Begoña, vende el colchón

Sánchez elige hasta cuándo vive en Moncloa y cuándo empieza a buscar casa en Idealista, tarea ardua, por lo que es probable que la posponga todo lo posible

Actualizada 05:17

«Se vende colchón de 2x2. Máximas calidades. En buenas condiciones, cuatro años de uso. 120 euros». El tiempo de Sánchez en Moncloa se agota y cualquier día de estos podríamos encontrar un anuncio similar a este buceando por Wallapop. No sería de extrañar que aquel que decía que lo primero que hizo fue cambiar el colchón ahora trate de sacarle unas perras, aunque su buen sueldo le quedará cuando pierda las elecciones. Porque las perderá, de eso no hay duda. Así lo dicen las encuestas y el sentir del pueblo, no solo el de los que fuman puros.

Sánchez tiene la potestad de elegir hasta cuándo vivirá en Moncloa y cuándo empieza a buscar casa en Idealista, tarea ardua –se lo digo por experiencia–, por lo que es probable que la posponga lo máximo posible mientras el ciudadano de a pie sufre la inflación y se echa a temblar cuando su coche enciende la luz de la reserva. El presidente resistirá todo lo que pueda en el sillón, a cuerpo de rey –o de presidente de la República que le gustaría ser–, y será cuando abandone Moncloa, cuando vea la dura realidad del país que deja.

No es casualidad que casi la mitad de los españoles rueguen por unas elecciones inmediatas. Y eso que España no es mucho de ir a votar. La paciencia se agota cuando el funcionario de turno hoy paga tres euros por el desayuno que le costaba dos a principio de año. O cuando el repartidor que llenaba el depósito por 50 euros ahora lo hace por 90 y se da cuenta de que casi tiene que pagar por trabajar. Más aún si ve en las noticias que Irene Montero se va con su chupipandi a Nueva York a costa de los impuestos que paga por la gasolina y que no quieren bajarle porque no cuadrarían las cuentas.

Dudo mucho –ojalá me equivoque– que Sánchez haga caso y llame a las urnas, aunque su relajación juegue en contra de su partido. Mientras él piensa en aguantar lo máximo posible, en el PSOE son conscientes de que cada día que pasa pierden votos y que si Sánchez resiste hasta finales de 2023 pueden sufrir un descalabro histórico en las elecciones. Así que pronto el presidente tendrá que hacer frente no solo al sentir de los españoles sino al nerviosismo de Ferraz. Elegir entre seguir durmiendo en el colchón de Moncloa o venderlo en Wallapop mientras el ciudadano compra el pan cada día más caro.

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