Oreja, propagandista y europeísta
Su vida ha sido un constante acierto por todas las decisiones que ha ido tomando. Pero un acierto buscado, no casual, fruto de su fidelidad a sus convicciones, no de la improvisación
Ayer recibió en Madrid Marcelino Oreja Aguirre, marqués de Oreja, el homenaje de algo más de un centenar de amigos que querían testimoniarle su gratitud y admiración. Organizado por el Movimiento Europeo, el homenaje contó con una carta enviada por S.M. el Rey, que estaba en Alemania y con numerosas intervenciones que representaban un muy amplio espectro ideológico. Desde socialistas como Enrique Barón, expresidente del Parlamento Europeo, que recordó cómo los dos han compartido el amor a la democracia y a la constitución europea y Luis Planas, actual ministro de Agricultura, que recordó los puntos en que se encontraron a lo largo del camino, hasta Íñigo Méndez de Vigo que evocó cómo Oreja, en la senda de Stefan Zweig, escogió hacer de Europa «la patria de su elección» o el presidente de Neos, Jaime Mayor Oreja, que en una vibrante intervención explicó cómo la vida de Marcelino Oreja ha sido un constante acierto por todas las decisiones que ha ido tomando. Pero un acierto buscado, no casual, fruto de su fidelidad a sus convicciones, no de la improvisación.
El presidente de la ACdP y de El Debate, Alfonso Bullón de Mendoza, destacó cómo Marcelino Oreja ha sido propagandista desde hace 80 años, pues con sólo cinco se le impuso la insignia de la ACdP y se ha mantenido en la organización a la que ya pertenecía su padre, estrecho colaborador de don Ángel Herrera Oria y en la que ahora es vicepresidente de la Fundación San Pablo-CEU y de El Debate.
Resulta emocionante a estas alturas ver cómo un hombre de su edad puede seguir manteniendo la fuerza de espíritu para continuar pregonando los pilares sobre los que se ha desarrollado la mayor parte de su vida pública: la amistad y Europa «destino y vocación de España». Y todo ello desde la convicción de las dificultades que afrontamos por la guerra de Ucrania y los tiempos todavía más complicados que nos esperan.
Quienes hemos tenido el privilegio de tratar a Oreja a lo largo de los años hemos conocido a una persona de firmes valores que nunca pretendió imponer a terceros. Los defiende e intenta promover respetando siempre las ideas de sus rivales de los que el homenaje de ayer contó con una nutrida representación. En un tiempo en que vemos cómo se busca destruir la gran obra que fue la Transición, todavía nos quedan algunos protagonistas de aquella magna operación política que pueden testimoniar cuánto mejor puede ser una España de la concordia. Una España casi olvidada en la hora presente.