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Agua de timónCarmen Martínez Castro

«Viva Bildu»

Si los socialistas quieren entender el tsunami que les ha barrido y las razones por las que muchos de ellos se van mañana al paro, no tienen más que fijarse en el Delegado del Gobierno en Madrid , Francisco Martín

Actualizada 01:30

La victoria electoral del PP la noche del 28 de mayo ha vivido ayer su segunda ronda con la constitución de los ayuntamientos en toda España y aún falta la tercera, que será la elección de los presidentes autonómicos en las próximas semanas. Existen pocos precedentes en nuestra historia reciente de un vuelco político de tanta magnitud. El Partido Popular, solo o en compañía de Vox, se hace con los gobiernos de la mayoría de capitales de provincias y grandes ciudades de España y en breve hará lo propio en la mayoría de gobiernos autonómicos. Del mismo modo que la catastrófica gestión económica de Rodríguez Zapatero catapultó al PP hasta unas cotas de poder similares, el rechazo a Pedro Sánchez, a su persona, a sus políticas y a sus socios, ha alimentado una ola de cambio que ha dejado al PSOE completamente desarbolado ante la campaña electoral que se avecina y ante el nuevo periodo político que se abre tras este doble año electoral.

Hoy los socialistas se enfrentan a una enorme pérdida de poder territorial, pero pierden también presupuesto, subvenciones y puestos de trabajo en la administración. Quienes hoy han amanecido en sus casas sin tener un despacho al que acudir mañana tienen tiempo para reflexionar sobre lo que les ha sucedido. Es fácil explicarse porqué se pierden las elecciones cuando hay seis millones de parados, pero es mucho más difícil hacerlo cuando la economía crece, cuando se gastan miles de millones de dinero público en políticas clientelistas y cuando supuestamente estamos marcando cifras récord de empleo. Perder las elecciones con una orgía de gasto público exige ser extraordinariamente torpe en otros desempeños.

Los estrategas de Moncloa, si es que queda alguien digno de tal nombre que no haya huido a las listas, parecen haberlo entendido y han escondido a Sánchez, tan omnipresente en las elecciones que no le tocaban y tan ausente en esta precampaña que es la suya. El candidato casi ha desaparecido y le ha cedido el protagonismo a quien ni siquiera se presenta. Nadia Calviño pretende vender solvencia económica pero es la primera que puesto pies en polvorosa para salvar su futuro personal de la debacle que se avecina. La estrategia es tan pueril que resulta más propia de un tebeo: «Susi pelotilla se pasa de listilla».

Si los socialistas quieren entender el tsunami que les ha barrido y las razones por las que muchos de ellos se van mañana al paro, no tienen más que fijarse en el Delegado del Gobierno en Madrid , Francisco Martín. El rebuzno de este oscuro personaje con su insólito «Viva Bildu» de esta semana explica la perversión moral que va a mandar a los socialistas a la oposición durante muchos años. Si el hombre de confianza de Bolaños y de Sánchez se deshace públicamente en elogios a Bildu e insulta a los cientos de miles ciudadanos que llevan una pulsera con la bandera de España, lo lógico es que los insultados reaccionen en consecuencia. Si tú dices «Viva Bildu», yo digo «Que te vote Txapote».

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