Dice el PNV que tiene líneas rojas
El camino habitual del PNV es ese, el abrazo a Bildu en el País Vasco y a la izquierda que coquetea con «el derecho de autodeterminación» en el resto de España
El sábado pasado me acerqué a Bakio, un pueblo cercano al mío, a ver la primera etapa del Tour que este año partía de Bilbao. No me quería perder un acontecimiento como el Tour, que volvía a salir del País Vasco 31 años después. Pero la fantástica acogida de los vascos fue empañada una vez más por la manipulación nacionalista que, desde las instituciones, instó a llenar de ikurriñas todo el recorrido, para negar una vez más la bandera nacional y pretender comunicar al mundo a través de la retransmisión televisiva la mentira de que todos los vascos son nacionalistas y quieren la independencia. También una vez más el PNV actuó en perfecta sintonía con Bildu en este ataque al pluralismo de la sociedad vasca y en esta mentira contada al mundo.
Primero fue la violencia etarra, ahora es el olvido o la justificación de aquella violencia, y es el iliberalismo de quienes cuestionan las identidades múltiples de los vascos y niegan a esa inmensa mayoría que nos sentimos tan españoles como vascos, tenemos dos lenguas y dos banderas, y queremos seguir formando parte de España. A toda esta negación lo llamarían discriminación, xenofobia y peligroso ataque autoritario al pluralismo si se produjera en cualquier otro país y si quienes lo lideraran no fueran los ultranacionalistas como es el caso en España, ultranacionalistas de extrema izquierda como Bildu, o de derechas como el PNV.
Pues este PNV es el que dice que tiene líneas rojas y por eso no va a votar a favor de la investidura de Feijóo. Lo dijo hace unos días Aitor Esteban, que no van a investir a Feijóo «porque el PP ha cruzado las líneas rojas al pactar con Vox». Impresionante la desfachatez de este PNV que lleva más de 40 años pactando con quien ha sido el brazo político del terrorismo y que jamás ha puesto una línea roja a ese brazo político de ETA, ni ahora ni nunca. No debemos olvidar que las condenas verbales del PNV a ETA fueron siempre acompañadas de pactos y acuerdos en la práctica con Bildu y todas sus marcas anteriores. Porque el común ideario nacionalista contra España y contra los vascos que nos sentimos españoles siempre se imponía a la democracia. No había ni hay para el PNV líneas rojas respecto a quienes fueron parte de ETA y a quienes siguen justificando ahora aquella barbarie terrorista.
La línea roja del PNV no es la democracia, es España, y de ahí que un partido demócrata-cristiano y conservador como es el PNV acabe habitualmente en los brazos de la izquierda, sea la socialista o sea la extremista de Bildu o de Podemos y de Sumar. De ahí también que, en otro alarde de cinismo, un partido con numerosos casos de corrupción, su ex número dos en Álava, Alfredo De Miguel, acaba de ingresar en prisión, se uniera al partido del mayor caso de corrupción de España, el PSOE, para montar una moción de censura contra el PP «por la corrupción». Varían las excusas y coartadas, pero el camino habitual del PNV es ese, el abrazo a Bildu en el País Vasco y a la izquierda que coquetea con «el derecho de autodeterminación» en el resto de España.
Si Pedro Sánchez tiene alguna opción de Gobierno el 23-J, que nadie lo dude. El PNV, junto a Bildu, ERC y toda la extrema izquierda, le apoyará para formar un Gobierno que siga dependiendo de los nacionalistas que censuran la bandera nacional y quieren acabar con la nación española.