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HorizonteRamón Pérez-Maura

No nos engañemos: ganó Puigdemont

Y ya tenemos a Félix Bolaños diciendo que habrá «negociaciones discretas». Es decir, que no nos va n a contar lo que van a acordar. Vestirán los acuerdos con descripciones que son simples circunloquios para no decir lo que han pactado

Actualizada 01:30

Llevamos toda la semana dando vueltas a si las elecciones del pasado domingo las ganó el más votado, Partido Popular, o el que va a poder formar Gobierno, el PSOE. Desgraciadamente, la cosa es mucho más sencilla: ganó Carles Puigdemont, el prófugo de la Justicia. Los votos de su partido se han convertido en imprescindibles para que Sánchez pueda armar una nueva mayoría. Y ya tenemos a Félix Bolaños diciendo que habrá «negociaciones discretas». Es decir, que no nos van a contar lo que van a acordar. Vestirán los acuerdos con descripciones que son simples circunloquios para no decir lo que han pactado.

Hay una pregunta a la que Sánchez y su equipo no quieren contestar: por qué los partidos del prófugo, el etarra y el golpista quieren apoyar a Sánchez y no a Feijóo. La respuesta es obvia: porque saben que del actual presidente del Gobierno pueden obtener algo y de Feijóo nada. Es bien sencillo. Esa pacificación catalana de la que se vanagloria Sánchez de forma reiterada y sin pudor sabemos que es el resultado de una política muy simple: haberles dado todo lo que le han pedido. Y eso ha metido la cuestión catalana en un callejón sin salida. Porque ya saben que no les queda más que una petición relevante: el referendo de independencia. Y que, si Sánchez les ha dado todo, también les dará esto si es el precio que debe pagar para continuar en La Moncloa.

Quien mejor lo sabe es el prófugo de Waterloo. Cuando él estaba en la Generalidad ya le pidió a Mariano Rajoy un referendo de independencia a lo que Rajoy respondió que él no podía darle eso. Y no está de menos recordar que Rajoy es el único presidente del Gobierno desde 1979 que no ha hecho ni una transferencia, ni una cesión de competencias a la Generalidad. A la hora de criticar su actuación tampoco está de menos tener presente este dato.

Carles Puigdemont sabe que sus siete diputados son imprescindibles para Sánchez. Antes del lunes esperamos saber cuál es el resultado final del recuento del voto del CERA y con ello veremos si basta con una abstención de Junts o es necesario que voten a favor de Sánchez. En todo caso Puigdemont puede amenazar a Sánchez con un voto en contra y con ello Sánchez no sería elegido. Así que la fuerza de Puigdemont es la misma sea necesaria su abstención o su voto favorable.

Lo más decepcionante de todo, lo que de verdad produce un asombro deprimente es que todos los españoles que fueron a votar el pasado domingo sabían que Sánchez sólo podía volver a gobernar si lo hacía con Puigdemont. Y aun así le votaron más de siete millones de electores. Y lo que es peor, cuando el resultado confirmó que necesitaban el respaldo del prófugo lo celebraban en Ferraz como si hubieran conquistado un planeta más allá de las estrellas. La celebración de María Jesús Montero, pegando botes y levantando el puño para festejar la dependencia socialista de Puigdemont queda para la historia.

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