PP, Vox y la supervivencia del sanchismo
Si un partido como el Popular no es capaz de entender que cuando ha surgido de sus entrañas una escisión -que es lo que es Vox- la prioridad es recuperar sus votos antes de ir a buscar otros o nunca volverá a ganar unas elecciones
Creo firmemente –y ya lo he apuntado en mis columnas de los últimos días– que Vox tiene una responsabilidad en la incapacidad del centro derecha para desalojar del poder al sanchismo. Por más defectos que tenga el PP, no creo que nada sea comparable con lo que nos espera en los próximos años. Está muy bien denunciar el sanchismo con más fuerza que nadie. Pero en una batalla lo importante no es sólo tener razón sino saber seguir la estrategia que te lleva a la victoria.
La izquierda española ha estado dividida siempre. Dividida ganó Felipe González una mayoría absoluta de 202 diputados en 1982. Y con la misma división en la que el Partido Comunista se ha ido travistiendo con mucho orgullo han seguido ganando elecciones. El centro y la derecha no pueden permitirse esa división. Y no pudiendo hacerlo, lo peor es una estrategia como la que ha quedado evidente en esta campaña: que el Partido Popular transmitiera mensajes confusos y contradictorios sobre Vox.
Partiendo de la base de que siempre fue evidente que ni en sus sueños pecaminosos podía el PP aspirar a conseguir una mayoría absoluta teniendo al tercer partido del Congreso de los Diputados compitiendo por un espacio político común, lo que no se puede hacer es una campaña en la que el PP reprodujo una descripción de Vox idéntica a la que hacía el PSOE y el comunismo. Y, a la vez que se descalificaba a Vox en los términos más radicales, se buscaba acuerdos de Gobierno en lugares como Extremadura, Murcia o Aragón. Es que no se puede hacer peor. Lo menos que cabe pedir a estas alturas a quien aspira a encabezar la alternativa al sanchismo es una mínima coherencia en sus discursos. Para tener un presidente mentiroso nos sobra con Sánchez. ¿De verdad creían que podían pactar con Vox -suponiendo que la suma hubiera bastado- después de las descalificaciones que ha perpetrado Borja Sémper? Olvídense.
La supervivencia del Sanchismo está garantizada por la batería mediática que dispara sin pudor y a sus órdenes. Pero si un partido como el Popular no es capaz de entender que cuando ha surgido de sus entrañas una escisión -que es lo que es Vox- la prioridad es recuperar sus votos antes de ir a buscar otros o nunca volverá a ganar unas elecciones.
Comprendo que esta teoría era discutible antes del 23 de julio. Y como explicaba ayer Bieito Rubido tengo muchas dudas sobre la limpieza de un resultado tan contradictorio con la unanimidad de los sondeos y sólo en lo que afecta al PSOE y al PP. Pero en lo que no tengo dudas es en que el equipo de campaña de Feijóo lo ha hecho mal. Cuando se hizo con la Presidencia del PP hace algo más de un año, tenía un grupo parlamentario heredado con el que no tenía alternativa. Pero ese equipo de campaña lo ha escogido él. No lo ha heredado. Lo menos que cabe esperar a estas alturas es un poco de reflexión, análisis de qué fue mal por errores propios y anuncio de dimisiones o destituciones. Lo peor que puede hacer el PP en esta hora es impostar que no ha ocurrido nada porque el PP ha sido el más votado. Sí, lo ha sido. Pero tenemos cuatro años más de sanchismo sostenido por un terrorista, un golpista y un prófugo. Y algo de culpa tiene el PP en ello. Y Vox.