Campeón del mundo
Y lo ha sido el Rey ignominiosamente alejado de su Patria, a la que devolvió la libertad, los derechos humanos y los fundamentos democráticos
La Armada anunció el 12 de agosto la licitación para adquirir un velero de regatas que sustituya al «Aifos» en el que navega y compite el Rey. Aitor Esteban, el maqueto del PNV, protestó, siempre antipático. No le pareció correcto que se destinen 1,8 millones de euros para costear «una actividad privada del Jefe del Estado». Y la ministra de Defensa, Margarita Robles, por no turbar al paleto decidió no renovar el velero que capitanea el Rey por no considerarlo «prioritario». El Rey es el patrón del «Aifos», pero su actividad no es privada. La tripulación del velero de regatas de la Armada está compuesta por oficiales y suboficiales de la Armada, que se instruyen en la navegación a vela durante las competiciones. Alfonso XIII fue un gran regatista, Don Juan De Borbón cubrió a vela en «El Saltillo» las rutas de Cristóbal Colón, y el Rey Juan Carlos I, a sus 85 años, acaba de ganar por tercera vez el campeonato del mundo al timón del «Bribón» en la isla de Wight. Un velero de seis metros cuyo armador es su amigo José Cusí. Campeón del mundo en el campo de regatas más difícil y con más prestigio a los ochenta y cinco años. Es de esperar que Iceta le conceda la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, si bien, conociendo al viejo Rey, es más que probable que se la devuelva con una nota de amable rechazo: «Puede usted, señor ministro, meterse la medalla por el mismísimo culo».
La Familia Real es navegante. También la Infanta Cristina y la Infanta Elena navegaron. Y la Reina Sofía formó parte del Equipo Olímpico de Vela en los Juegos en el que su hermano, el Rey Constantino de Grecia, obtuvo la medalla de oro en una de sus especialidades.
Al Rey, lo del PNV no le afecta. Seguirá en el «Aifos» hasta que el borono nacionalista le conceda el permiso a Margarita Robles para cambiar de barco en el que naveguen a vela los marinos españoles.
Don Juan navegaba a vela en «El Giralda», pero no era un barco competitivo. Es sabido que en la mar, cambia el lenguaje. Don Juan accedió a la petición de un amigo, ganadero jerezano, de embarcar en «El Giralda» en una breve singladura. No dio una con los términos marineros.
–Señor, me voy a la parte de delante para que me dé la brisa-; –A proa-, le corrigió Don Juan. –Señor, se acerca un barco por detrás-; –A popa-. –Esa cuerda está floja-; -el cabo-. –Señor, dígale al servicio que tengan más cuidado cuando lavan la terraza porque se me ha metido agua por la ventana de mi dormitorio-. Don Juan , a punto estuvo de tirar a su amigo por la borda. Pero éste tuvo un detalle de gran humor. Desayunaban, y el frasco de mermelada estaba en los dominios de Don Juan. El amigo jerezano deseaba untar su tostada con mermelada. –Señor, ¿me puede acercar el frasco de mermelada siempre que en la mar se le pueda llamar de esta manera a lo que siempre se le ha llamado mermelada?-.
Una regata en un velero de 6 metros no la gana sólo el patrón o el timonel. La victoria corresponde a toda la tripulación. Pero el trofeo del Campeonato del Mundo lo recibe el patrón, que a sus 85 años, y por tercera ocasión en su vida, se ha proclamado campeón del Mundo. Y lo ha sido el Rey ignominiosamente alejado de su Patria, a la que devolvió la libertad, los derechos humanos y los fundamentos democráticos. Pero en los informativos de las televisiones públicas y semipúblicas –las privadas han dejado de existir y todas actúan con servil obediencia a la Moncloa–, no han informado de la gran victoria del Rey Juan Carlos. Siguen con Jenni Hermoso, Rubiales y Yolanda Díaz, que cubren las consignas. Y no es necesario que haya sido el Rey Juan Carlos el que se haya proclamado en la isla de Wigth campeón del mundo. Cualquier regatista de su edad que lo consiga sería noticia en todos los informativos del periodismo serio. El periodismo español es infame. Un periodismo entregado a las consignas del poder político puede denominarse de cualquier manera, pero no periodismo.
El PNV no quiere que la Armada venza en las regatas y La Moncloa prohíbe que se informe a los españoles de que su viejo Rey, Juan Carlos I, ha conquistado como patrón del velero «Bribón» el campeonato del Mundo.
Que les ondulen con la permanén.