Consentimiento

Esto no va de fútbol femenino ni de deportes. Va de sindicalistas. Y de consentimientos.

La señorita Putellas, en nombre de sus compañeras de sindicato ha acusado a la RFEF de «convocar sin su consentimiento» a diversas jugadoras declaradas en rebeldía. A partir de ahora, las federaciones deportivas estarán obligadas a seleccionar a los representantes del deporte español siempre que éstos, previamente, hayan autorizado ser seleccionados.

- Le hablamos desde el Comité Olímpico Español. Y le hemos llamado para solicitarle su permiso y consentimiento para competir en representación de España en los próximos Juegos Olímpicos. ¿Nos consiente su nombramiento?

- Se lo consiento siempre que el COE, de manera clara y contundente efectúe los cambios que entiendo son básicos para poder avanzar y llegar a una estructura que no tolere ni forme parte de hechos tan denigrantes, y que vayan contra la dignidad de las mujeres. De no darse esos cambios, no consiento ser seleccionado.

- ¿Estamos hablando con Juan Bonito, campeón nacional de Canicas sobre Asfalto Irregular?

-Efectivamente.

- Pues adiós y muy buenas.

- Tampoco es para que se pongan ustedes así. Si efectúan los cambios exigidos por mi sindicato, y avanzan para alcanzar una estructura que no tolere ni forme parte de hechos tan denigrantes y que vayan contra la dignidad de las mujeres, además de equiparar nuestro salario con el que perciben los futbolistas del Real Madrid, tanto yo como mis compañeros en el equipo nacional de Canicas sobre Asfalto Irregular, podríamos consentir ser seleccionados. Pero no admitimos imposiciones.

- Les garantizamos que ningún dirigente olímpico les dará un pico si consiguen la medalla de oro.

- En ese caso, le daremos otra vuelta a nuestra decisión. Pero lo del pico nos importa un plátano. Lo que queremos es ganar mucho dinero aunque no tengamos público ni generemos riqueza alguna.

Y no llegaron a ningún acuerdo.

El comunicado de la señorita Putellas y el posterior de la juncal narradora de penas máximas y brutalmente agredida sexualmente por un imbécil eufórico, al que la agredida respondió con cariñosas palmaditas en los costados aún a pesar de la terrible agresión, no tienen ni valor, ni razón, ni fundamento. La Selección femenina de fútbol, además de suavizar las ideas independentistas de algunas y las exigencias pasionales en los vestuarios y aledaños de la mayoría de ellas, tendría que haber aprovechado el milagro de su triunfo atrayendo lo que les falta. Aficionados y dinero. Sin los primeros no hay publicidad ni derechos de imagen, y sin publicidad ni derechos de imagen, no se cosecha dinero. Y por un sindicato ultrafeminista, han tirado todo por la borda.

Las 39 futbolistas rebeldes, con o sin su consentimiento, no pueden ni deben ser seleccionadas. Son jóvenes y tienen toda la vida por delante para representarse a ellas mismas.

A España, no.