La izquierda traicionada
No hay nada más retrogrado que sus planteamientos. Como arcaicos y cavernarios son los presupuestos ideológicos del totalitarismo comunista
Está ya en las librerías un magnífico ensayo de Guillermo del Valle –no pierdan de vista a este futuro líder– en el que disecciona el desastre que hoy es la izquierda en España. En su texto, Del Valle no muestra una izquierda alejada de sus originales valores y que en nuestro país se debate entre la sumisión a la extrema derecha nacionalista –PNV y Junts– y el seguimiento errático y antisistema de una extrema izquierda comunista –Podemos, Sumar y demás excrecencias ideológicas totalitarias–. Es dramática la situación, pero es así. Me hace mucha gracia que los del PNV y Junts pretendan colocarse la etiqueta de «progresistas». No hay nada más retrogrado que sus planteamientos. Como arcaicos y cavernarios los presupuestos ideológicos del totalitarismo comunista, fracasado una y mil veces en el siglo XX, no sin páginas trágicas y cruentas de decenas de millones de muertos. Y aquí estamos, aguantando a todas esas hemorragias ideológicas, nacidas de la buena voluntad de aquellos que diseñaron y ejecutaron la Transición.
Ciertamente, la izquierda original, la que sirvió en muchas etapas de la historia para avanzar en determinados campos, y retroceder en otros, está siendo traicionada por un aventurero, llamado Sánchez, al que solo le mueven sus intereses personales y no le importa traicionar la Constitución y vender a su nación. No sé muy bien en qué lugar de la historia pretende encontrar un hueco.
Con frecuencia, leo comentarios en esta misma sección de lectores que aseguran que el mundo sería mejor sin partidos de izquierda. Imposible, si somos demócratas, tenemos que entender que la biodiversidad ideológica pasa por la existencia de partidos de distintas ideologías. Todas son válidas, menos aquellas que pretenden ir contra derechos fundamentales como la vida –los de Bildu en su día– o quienes quieren ir contra la integridad territorial del país –todos los independentistas–, situación que está prohibida por ley en países como Alemania o Francia.
La izquierda en España ha escrito páginas lamentables, tal vez el paréntesis de 14 años de Felipe González es lo único que se puede salvar. No cabe duda de que está siendo traicionada por algunos dirigentes cuya formación se limita a un grado de FP, como Santos Cerdán. El nivel intelectual de la dirigencia socialista es bajísimo. Eso explica que nadie salga a decir nada, salvo García-Page con sus pellizcos de monja que no se traducen en nada concreto.
Hoy tenemos que estar todos en las plazas de toda España para defenderla de aquellos que también la quieren traicionar.