A ver si se entera Von der Leyen
Tal vez sería bueno que alguien le hiciese llegar el catálogo de críticas que están siendo desgranadas desde todos los ámbitos ante el intento de quebrar el Estado de derecho por parte de Sánchez
Cuando un país comienza a parecerse a los chistes, mala noticia para ese país. La España de nuestros desvelos, la que nos toca vivir, con su Gobierno al frente, comienza a recordarnos a aquel conductor borracho que iba en dirección contraria y, advertido por la radio, concluyó que se equivocaban todos los demás. Pues ahí está Sánchez, sentado en el asiento del conductor, comprobando cómo, en su empeño de ir en dirección contraria, todo el mundo le advierte de sus errores.
Ayer no tuvo Sánchez su mejor día, pero creo que vendrán muchos como este. El Tribunal Supremo anuló el nombramiento de la presidenta del Consejo de Estado, la exministra de Trabajo Magdalena Valerio, cuyo principal mérito para ese cargo es ser militante socialista. Al mismo tiempo, el Consejo del Poder Judicial considera que García Ortiz no es la persona idónea para ser fiscal general. Añádanle que Israel, una auténtica potencia, ha decidido retirar a su embajadora de España a causa de la postura de Sánchez en el conflicto que vive aquel territorio. El Gobierno italiano, con Meloni y Tajani al frente, considera que la ley de amnistía cuestiona el Estado de derecho en nuestro país. El que fue el presidente más longevo de la democracia española, Felipe González, criticó con dureza la posible amnistía a los golpistas catalanes. A él se sumó Francisco Pérez de los Cobos, expresidente del Constitucional, quien también crítica por inconstitucional el intento de amnistiar a los sediciosos catalanes. Lo cierto es que ningún presidente de la democracia reciente ha recibido más censura que Sánchez. Tal vez sería bueno que alguien le hiciese llegar a Von der Leyen el catálogo de críticas que están siendo desgranadas desde todos los ámbitos ante el intento de quebrar el Estado de derecho por parte del actual líder socialista. A ver si Von der Leyen abandona su frivolidad y alguien le hace ver que para gobernar un país no hace falta ser guapo, sino tener sentido de Estado y de la Historia, además de contar con principios.
En la hora actual de España nos están salvando los jueces. Desde la extrema izquierda, que ahora ya es el PSOE sanchista, se argumenta que hay una guerra desde la judicatura contra el Gobierno. Es, exactamente, al revés. El sanchismo cree que lo puede violentar todo y se ha encontrado con los defensores de la división de poderes y del imperio de la ley. Como le ocurrió a Trump en varias ocasiones, aquí el antidemócrata, el que está en guerra contra la mitad de España, es Sánchez, que todavía ahora no se ha enterado de que los españoles no lo quieren.