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Agua de timónCarmen Martínez Castro

Guía para una noche electoral

Mañana continuará la legislatura y lo mejor que puede hacer la derecha política, mediática y sociológica es dejar de fantasear con un final abrupto de la misma y seguir trabajando para consolidar y fortalecer su alternativa

Actualizada 01:30

Si hacemos caso a las encuestas y no a la propaganda de Tezanos, el PP ganará esta noche las elecciones europeas. No sabemos por cuánto, pero las ganará. Sin embargo, hace tiempo que se ha instalado en las conversaciones políticas un lugar común en virtud del cual si Feijóo no le saca a Sánchez los 10 puntos de ventaja que las encuestas le auguraron en algún momento será un fracaso del gallego y el inicio de su decadencia. Los hay menos rigurosos que rebajan sus exigencias a 5 puntos de ventaja; todo un detalle. Que esto lo digan los mismos comentaristas que jalean el «Free Begoña» no puede extrañar a nadie, pero que la derecha mediática y sociológica se lo haya llegado a creer sí causa perplejidad.

En las elecciones europeas de 2014 Mariano Rajoy le sacó a Alfredo Pérez Rubalcaba apenas tres puntos de ventaja. Nadie discutió que aquello era una victoria rotunda, tanto que Rubalcaba anunció su dimisión días después. Hace un año, en las municipales, los populares obtuvieron el 32 % de los votos y una ventaja de 2,5 puntos sobre el PSOE. No hace falta que recuerde el entusiasmo con el que se celebraron esos dos puntos y medio ni las expectativas disparatadas que alimentaron. Luego llegaron las generales y el despertar a la dura realidad: a una derecha dividida se le hace casi imposible gobernar España frente al bloque de la izquierda y el nacionalismo.

Esta noche la derecha vuelve a concurrir dividida por lo que el sueño de esa derrota aplastante que mandara a Sánchez a su casa tiene la misma verosimilitud que el famoso cuento de la lechera. En este caso no hay un cántaro sino dos, e incluso un pequeño e inesperado botijo llamado Alvise. Así que en vez de llorar por el espejismo de los 10 puntos de ventaja sobre el PSOE que jamás veremos mientras no se concentre el voto, bien podríamos atender a los resultados reales de las urnas.

Salvo sorpresa mayúscula el PP le va a ganar las elecciones al PSOE y va a experimentar una recuperación extraordinaria respecto a sus resultados de hace cinco años. Pero también el bloque de la derecha le va a ganar al de la izquierda y los siete escaños que aumentará la representación española en Europa van a caer en su mayoría del lado conservador.

El comando mediático del begoñismo, que es la última metamorfosis del sanchismo, se estará preparando a esta hora para defender una vez más que perder las elecciones es ganarlas y no es descartable que tan peregrina tesis cuente con el aval de aquellos que soñaban con enviar a Sánchez a la lona de un mamporro, como si eso fuera tan fácil.

Sea cual sea el resultado de esta noche, mañana continuará la legislatura y lo mejor que puede hacer la derecha política, mediática y sociológica es dejar de fantasear con un final abrupto de la misma y seguir trabajando para consolidar y fortalecer su alternativa. Así se hicieron las mayorías de Aznar y de Rajoy o la histórica mayoría de Juanma Moreno en Andalucía. Ninguna fue producto de cuentos de hadas o de golpes de efecto sino de mucho trabajo humilde y perseverante. También se saber poner en valor sus victorias parciales.

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