Cien millones bajo sospecha

El rey de los bulos, la mayor máquina del fango que se recuerda en este país, Pedro Sánchez, desde el Gobierno y con los recursos del Estado, pretende silenciar a los medios que califica de tabloides, páginas web o pseudomedios. No acierta con ninguna de las expresiones, aunque lo más grave es su intención de coartar la libertad de expresión. La razón de semejante atentado a la democracia es porque muchos de esos medios están informando a la ciudadanía de todos los escándalos que afectan a su entorno. Esa práctica periodística de denunciar escándalos de corrupción es una manera de proceder habitual en todas las democracias del mundo. Los medios actúan como conciencia crítica del poder. Nada nuevo bajo el sol. Lo único diferente es la pulsión autoritaria y antidemócrata que acompaña a Sánchez desde su más tierna juventud.

Acaba de anunciar varias medidas para tratar de regular un sector que no necesita ser regulado, porque el corpus legal de este país, con sus distintos códigos y leyes, ya protege a cualquier ciudadano. Del Gobierno de la mentira, que es el de Sánchez, también lo defiende, pero hay que tener los arrestos, tiempo y dinero para enfrentarse a él.

Entre esas iniciativas anunciadas, esta reforma afecta al derecho de rectificación y a los delitos contra el honor. A ver lo que plantea, pero ya les adelanto que mucho más de lo que hay ya no se puede hacer y que todo lo que sobrepase el actual marco con toda seguridad será inconstitucional y vaya contra la doctrina europea en esa materia. Justamente Europa ha tratado de instalar normas en la dirección contraria a lo que pretende Sánchez y su pandilla.

Otra proposición estrella de su plan es destinar cien millones de euros para digitalizar los medios. Pero si los medios ya están digitalizados. Claro que, con ese dinero, que desde ya está bajo sospecha, tratará de alimentar a aquellos medios más proclives a su persona. Cien millones de euros que no sabemos cómo va a repartir, con qué criterio. Si nos atenemos a los antecedentes de los fondos europeos y al boicot sistemático que en materia de entrevistas e información se lleva desde la Moncloa, nos tememos lo peor.

Si hay una persona que miente y genera bulos, y con ellos justifica el terrorismo del independentismo catalán, o blanquea a los asesinos etarras, ese es Sánchez. Como para darnos lecciones a los demás.