Ese curioso concepto de indecencia
Los socialistas asesinados por ETA no lo fueron por su lealtad al PSOE, y menos al PSOE de Sánchez, lo fueron por su lealtad a la democracia, al Estado de derecho y a España. Y esa es la memoria que el socialismo sanchista quiere destruir
En el socialismo sanchista todo es posible, hasta escuchar a Mertxe Aizpurua amenazando en el Congreso con ilegalizar al PP. «Vivir para ver», como bien titulaba ayer Jorge Sanz. El mundo al revés o, en este caso, los principios democráticos al revés. Porque en este socialismo sanchista, ahora lo indecente es exigir justicia para las víctimas de ETA, pedir que los etarras no arrepentidos no puedan ir en las listas electorales, e, incluso, hablar de ETA. Porque, argumenta el PSOE, como ETA ya no existe, cualquier condena de su historia criminal y de su justificación actual por parte de algunos partidos y grupos sociales es un uso indecente de las víctimas del terrorismo para atacar al PSOE.
Recordemos que Sánchez ya llamó indecente a Rajoy en 2015 por haber enviado un sms a Bárcenas. Pero ahora que tanto su familia como su número dos, Ábalos, están implicados en casos de corrupción que le afectan de lleno, no se encuentra indecente a sí mismo y dice que todo son bulos y máquina de fango. Lo indecente, dice el PSOE, es lo del PP exigiendo retirar la reforma legal que permite ahorrar años de cárcel a los etarras o proponiendo que los terroristas no arrepentidos no puedan ir en las listas electorales. Es «la institucionalización de la indecencia», dijo la socialista guipuzcoana, Rafaela Romero, en el Congreso este martes, porque recordar a las víctimas de ETA es «cosificarlas» y «contribuir a la desmemoria». Muy indignada porque el PP había mostrado fotografías de víctimas socialistas de ETA, de esos socialistas cuyo asesinato justifican sus actuales socios de Bildu.
En una brutal idea sobre la violencia según la cual sería indecente, por ejemplo, que un político alemán mostrara la fotografía de Ana Frank, o de cualquier judío asesinado en los campos de concentración, para censurar a un partido político por pactar con quienes no condenan el nazismo. O sería indecente mostrar las fotografías de las víctimas de los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023 para cuestionar los pactos con ese grupo terrorista. O sería indecente mostrar fotografías de víctimas de la dictadura franquista para cuestionar justificaciones del franquismo. Ah, eso último, no, dirá el PSOE; eso es correcto y muy decente. Algunas fotografías se pueden mostrar, eso es democracia, pero otras no, que eso es indecencia.
Porque en este mundo sanchista de los principios democráticos al revés lo indecente es criticar al PSOE por pactar con quienes apoyan a los asesinos de sus compañeros de partido. Y esta terrible ética socialista de la indecencia viene de lejos, de cuando Zapatero negociaba con ETA, y tanto él como conocidos opinadores nos acusaban a los críticos de su negociación de vivir mejor con ETA o de desear que ETA continuara matando. Y ahora que necesitan los votos de Bildu, quieren borrar completamente a ETA, como si no hubiera existido. «Una memoria limpia», lo llamó Rafaela Romero, vaya lapsus. Pero los socialistas que fueron asesinados por la banda no lo fueron por su lealtad al PSOE, y mucho menos al PSOE de Pedro Sánchez. Murieron por su lealtad a la democracia, al Estado de derecho y a España. Y esa es la memoria que el socialismo sanchista quiere destruir.