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El puntalAntonio Jiménez

Obsesionado por el poder y por Ayuso

Ni la tensa y crispada situación política, como sostiene, es consecuencia de bulos expedidos por una inexistente máquina del fango activada por la prensa crítica, los jueces y la oposición, ni la economía de los españoles va como un cohete, entre otras cosas porque, en contra de lo dicho por Sánchez, somos más pobres

Actualizada 01:30

No yerra Isabel Diaz Ayuso cuando vaticina que Sánchez comenzará 2025 con más mentiras y ataques a todo aquello que da sentido a nuestra Nación y que su obsesión personal contra ella le va a costar la condena a algunos de sus cercanos colaboradores, empezando por «su» Fiscal General del Estado. Cosa inédita en democracia.

A Sánchez ya le está pasando factura su obsesión contra la presidenta madrileña. De no haber existido esa inquina política reflejada en continuados ataques personales contra Ayuso y su familia con acusaciones a su hermano y a su padre de haberse enriquecido a su sombra, acusaciones investigadas y archivadas por la justicia, Alfonso Serrano, secretario general del PP de Madrid y mano derecha de la presidenta, seguramente, no se habría personado en nombre de su partido en la Fiscalía Anticorrupción con las informaciones periodísticas sobre presuntas irregularidades y corruptelas habidas en la compra de mascarillas y material sanitario durante la pandemia que, una vez abierta la investigación, dio origen al actual caso Koldo-Abalos-Aldama. Ironía del destino.

De no haber tenido Sánchez esa fijación con Ayuso, el caso del novio de ésta se habría sustanciado con un acuerdo extrajudicial como tantos otros y él no habría utilizado la maquinaria del Estado de forma partidista para intentar aniquilar a una adversaria política. Consecuencia de ello es que «su» fiscal General, el posesivo lo empleó el propio Sanchez, está con el agua al cuello en el Supremo y algunos de sus colaboradores en Moncloa también pueden ir «palante» por revelar un documento secreto en favor de su causa y estrategia políticas contra la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Estos dos casos judiciales que le quitan el sueño a Sánchez , además de los de su esposa y su hermano, son paradójicamente el resultado de su obsesión con Ayuso y es sabido que los enemigos políticos de la presidenta madrileña acaban derrotados en las urnas o fuera de la primera línea política. Las obsesiones terminan pagándose y el precio de esta neura le va a salir muy caro al autócrata por más que intente hacer abstracción de la incómoda situación judicial que le atosiga y acosa, impostando un panorama económico y político idílico de España. El balance del año que Sánchez ha hecho es producto de un ejercicio de autocomplacencia y triunfalismo, sin un ápice de autocrítica, incompatible con la purita realidad.

Ni la tensa y crispada situación política, como sostiene, es consecuencia de bulos expedidos por una inexistente máquina del fango activada por la prensa crítica, los jueces y la oposición, ni la economía de los españoles va como un cohete, entre otras cosas porque, en contra de lo dicho por Sánchez, somos más pobres y con mucho menos poder adquisitivo que hace seis años por culpa de la inflación galopante y los impuestos confiscatorios de su Gobierno.

La otra gran obsesión de Sánchez, además de Ayuso, es seguir en el poder, llegar a 2027 sin adelantar las elecciones e impedir la alternancia política en España, cosa que dice todo sobre sus escasas convicciones democráticas. Para ese fin el autócrata continuará con su huida hacia adelante y no dudará en postrarse de hinojos ante Puigdemont en Waterloo si de esa manera consigue que le apruebe los Presupuestos y garantice su continuidad en la Moncloa al precio que sea.

Esa huida hacia adelante de Sánchez, sólo pueden frenarla en el inminente año venidero las indagaciones judiciales en marcha y las resoluciones que los jueces dicten en función de las presuntas responsabilidades de su mujer, su hermano, sus colaboradores en el PSOE y en el Gobierno y de él mismo, en los delitos que se investigan.

Mal que le pese a Sánchez y a sus acólitos políticos y mediáticos, su futuro personal y político seguirá dependiendo en 2025 de la acción de la Justicia y no tanto del prófugo independentista por más fotos de la infamia que se haga con él en Bruselas; que nadie dude que se las hará.

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