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Al bate y sin guanteZoé Valdés

Otro fracaso

No hay nada más cochino que este entreguismo convertido en costumbre cobarde que debemos aguantar cada día los que sabemos que la esclavitud que nos impuso el comunismo se ha convertido en un tremendo negocio para unos cuantos, y no exclusivamente para la tiranía

Actualizada 01:30

Desde hace décadas es el Consejo de Estado de la Cuba comunista quien controla y domina en no pocas de las decisiones del Departamento de Estado en Washington. Para que esto cambie de forma radical, lo que queda a mi juicio es rezar, sí, debemos rezar mucho, porque no estoy segura de que ni siquiera con una nueva administración el nefasto camino trazado desde los altos poderes ocultos de ciertas instituciones en la sombra y a veces en la luz opaca de las tinieblas sea desviado potencialmente hacia la libertad definitiva y el bienestar del pueblo cubano.

El odio en sus formas más extremas y disímiles se ha ensañado vilmente contra esa isla; la contención necesaria no ha podido efectuarse porque inclusive cada intento ha sido frenado, cuando no impedido de cuajo; hemos ido de fracaso en fracaso.

Hago referencia no solamente a las gestiones del poder republicano cuando ha sido elegido para mandar y ha hecho bien poco o nada, sino también y sobre todo, a la gestión de un poder en el seno del exilio, que aun en posesión de tantos senadores cubanoamericanos en el Congreso entre otros cargos importantes y recursos viables es evidente que se han desenfocado del verdadero problema: tumbar al régimen comunista de La Habana. A estas alturas, potenciados con semejante «suprema» experiencia debieran reconocer y tener más que claro lo que en verdad se impone priorizar de manera urgente.

Comentaba ayer acerca de lo mismo con un amigo que me decía lo siguiente: «El acuerdo USA-Cuba del otro día es un tortazo en plena cara para los activistas del exilio: todo el día reuniéndose con parlamentarios de medio mundo y altos cargos de distintos gobiernos —entre ellos, y principalmente, los del Departamento de Estado— para luego llegar a esto… El activismo profesional tendría que mirarse un poco al espejo». Le di absolutamente la razón, pero, enseguida me hundí en la tristeza más destructiva.

Tantos millones, tantos Grants, tantos proyectos absurdos, que si plebiscitos vinculantes, que si pasos de cambio, que si solo mediante el socialismo entenderán nuestros puntos de vistas… No hay nada más cochino que este entreguismo convertido en costumbre cobarde que debemos aguantar cada día los que sabemos que la esclavitud que nos impuso el comunismo se ha convertido en un tremendo negocio para unos cuantos, y no exclusivamente para la tiranía, además para los que pretenden representar a los cubanos, sin ser elegidos, desde organizaciones corruptas del exilio. No me tiembla la mano al escribir la palabra. ¿Cómo definir tantos años de ignominia sin un solo resultado que parezca más un ungüento que una solución perdurable?

Mientras repaso los tuits el domingo por la noche descubro uno de un preso recién liberado, José Daniel Ferrer, que contrario a lo que se informaba ha salido en aparente estado excelente, ha hablado con una fortaleza increíble de su proyecto a los medios de comunicación del extranjero. El proyecto de Unpacu (Unión Patriótica de Cuba), el que comparte con Cuba Decide, ambos siguen en pie, comentó. Sí, en pie, aunque agachados. O sea, el proyecto del cambio fraude con el régimen, emparentado con el del socialista Manuel Cuesta Morúa; no hay más que oírlos y leerlos. A propósito de lecturas, en el proyecto de Cuba Decide aparecen organizaciones y personas que ya no existen en este plano (lo mismo que hace la UNEAC en Cuba, añadir firmas de muertos).

Una tipa que parece más una infiltrada que una exiliada aplaude enardecida y llama «presidente» a Ferrer. Presidente a un tipo que debió salir echando del Movimiento Cristiano Liberación porque su líder Oswaldo Payá (asesinado por Castro II) no pudo soportar sus ataques violentos y lo tildó de «psicópata», un líder que presenta botellas de ron con la marca de esas organizaciones (https://www.youtube.com/watch?v=w79hP_0k5LM&t=22s) con idéntico descaro con el que actúa la tiranía. Un líder que golpea y maltrata a los miembros de la organización que dirige cuando no están de acuerdo con algunas de sus posiciones… O sea, los cubanos tendríamos que estar expuestos a mudar de un tirano a otro, una vez más; aunque en esta ocasión con la imagen lavada y renovada por unos cuantos años de cárcel, no sabemos si en una férrea celda o si en casas de protocolo de la Seguridad del Estado.

Los fracasos son incalculables, del mismo modo que la tiranía sólo ha proyectado y logrado pérdidas, reveses, descalabros, la oposición y el exilio no han conseguido más que de lo mismo, salvo cuando se eligió la vía armada abortada por el presidente demócrata John F. Kennedy.

Traición por traición, hasta nosotros mismos nos hemos traicionado, los líderes de la disidencia y la oposición, descontando a los que la tiranía ha eliminado, no han estado a la altura, han mentido, han traicionado, se han reciclado, disminuidos frente a la tiranía mediante la avaricia y el poder del dólar o el euro.

A modo individual, lo único que espero de la nueva Administración de Donald Trump es mano dura, drones, drones, drones, directos a las cabezas que lo merecen. Solo así Cuba volverá a ser libre y podrá reconstruirse. Si ellos no pueden, pues no sé si el pueblo cubano continuará no ya resistiendo, sino existiendo, y no es simple metáfora. Quedan cuatro años para salir de la CUBA INC., regresar a la Cuba eterna.

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