Cartas al director
La unión de la derecha
Sería muy bueno y necesario que Núñez Feijóo y Abascal dedicaran unos breves instantes de su ajetreada vida política para releer la historia de España desde el año 31 hasta ahora y, desde esa perspectiva, se dieran cuenta de unas coincidencias y circunstancias muy importantes que, para su ayuda, paso a resumirlas en unos puntos esenciales:
Primero, la desunión de las derechas, Partido liberal y Partido conservador, en su afán de destruirse entre ellos a nivel electoral y, para colmo, autodestruirse a nivel interno, pues llevaron, entre otras razones de peso (especialmente la funesta Guerra en Marruecos) a la crisis del Régimen del 76 (siglo XIX) y a la dictadura del general Primo de Rivera, que no fue, por cierto, tan desastroso, a nivel de desarrollo social y económico del país.
Segundo, la desunión de los partidos monárquicos y de la derecha sociológica, llevaron a la Segunda República tras la caída de Alfonso XIII (monarca muy contaminado por la breve experiencia de D. Miguel) y que fue un desastre político, a fuer de revanchas, odios seculares y pésima gestión de los gobiernos republicanos-socialistas hasta que, en noviembre del 33, una derecha coherente con sus principios y valores y un centro moderado ganaron las elecciones y pudieron gobernar por dos años, con un intento de golpe de Estado de las izquierdas y separatistas en el año 1934, preparado y ejecutado por el PSOE.
Tercero, otra vez la desunión de las derechas lleva al triunfo gubernamental, que no electoral, de la izquierda revanchista y a la Guerra Civil. Cuarto. Tras 40 años, las derechas se unen en torno a UCD y ganan las dos primeras elecciones democráticas, lo que se vuelve a repetir, por la misma unión, en 1996 y 2000. Es decir, que siempre la unión de todo aquello que no sea socialismo nos lleva al triunfo de la libertad y del sentido común, como ha demostrado Díaz Ayuso en las elecciones de mayo del año pasado y, ahora, en Castilla León.
Conclusiones: hay que aprender del pasado para ganar el futuro.
Convencer más que vencer.