Cartas al director
Construir
Vivimos en un mundo cambiante y de gran incertidumbre. A nivel nacional las cosas no van bien y, sin embargo, parece que nos empeñamos en que cada vez vayan peor en lugar de dar la vuelta a esta tortilla. No hay manera, siempre se rompe (o hacen que se rompa) el asa de la sartén. Todos los sectores sufren, pero el de la construcción con mayor ímpetu que otros, por los valores absolutos del dinero que mueven y las consecuencias que puede acarrear. El que tiene cogido el asa de esa sartén trata de denigrar un sector al que intenta relacionar con la contaminación y el pelotazo, y por el contrario, nos encontramos con unos profesionales que dan empleo a muchas personas. Porque sí, porque jamás dejarán de ser necesarias esas manos que construyan. No todo es vivienda. Hay tecnología, sostenibilidad, progreso, industria, innovación… Todo eso se necesita para construir. Y sí, y además poner algún ladrillo, de esos que ya nada tienen que ver con los de hace algunas décadas. Hasta en los ladrillos hay innovación, pero sobre todo, personas que hacen que el sector de la construcción nunca se rinda y siempre siempre se reinvente.