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Cartas al director

Ana Botín versus Putin

Cuando escuchamos, hace semanas, a Ana Botín decir que había bajado el termostato de la calefacción de su casa a diecisiete grados para ayudar al pueblo ucraniano, a todos se nos partió el corazón, pues nunca antes habíamos hecho una demostración nacional tan sincera de solidaridad. Por supuesto todos sabemos, y Ana sabe que lo sabemos, que tiene dinero de sobra para poner la calefacción a veintisiete o incluso a treinta y siete grados, no sólo dentro de casa sino en sus caballerizas o hasta en la terraza de sus jardines. Por eso le agradecemos doblemente que no haya intentado tomarnos por imbéciles intentando hacernos creer que ahorra energía por necesidad, sino por cuestión de principios. Y precisamente porque es multimillonaria resulta aún más conmovedor que esté dispuesta a pasar frío para ayudar a la Ucrania rusófoba. No sólo nos emociona, sino que nos llena de orgullo y satisfacción que Zelenski y sus ultranacionalistas sepan lo comprometida que está España con Joe Biden en su guerra contra Putin sobre suelo y con muertos ucranianos.

Pablo Alejandre Calviño

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