Cartas al director
Chantaje
Desde mi humilde posición de español común, a la vista de las actuaciones de nuestro presidente del Gobierno, parece aplicarse únicamente el aforismo do ut des, es decir, te doy para que me des, convirtiendo la acción de gobierno en un mercadeo, un conjunto de respuestas a sucesivos chantajes, bien provengan del extranjero, bien del interior, y en este caso tanto de parte del propio Gobierno como de los interesados aliados ocasionales.
Huelga citar ejemplos. Si es así, me pregunto por qué sus propios compañeros de partido no lo someten al mismo tratamiento. Me explicaré, y para ello pondré como ejemplo la petición de juegos olímpicos de invierno para el 2030, de cuya falta de equidad en el reparto de pruebas se ha quejado el aragonés Lamban, por fiarse, ingenuamente, de Sánchez de que haría una candidatura en paridad entre Aragón y Cataluña, algo difícil de cumplir a tenor de los favores debidos a ERC.
Imagínense, dado que el PSOE además se titula federal, que los diputados socialistas le apliquen las mismas medidas a Sánchez en el Congreso. Si los seis diputados por Aragón votaran en contra de las propuestas de Sánchez, éste se vería obligado a prestarles atención. Además, hay que recordar que los diputados representan a todos los españoles, y no deben sumisión a su partido ni a su secretario general en el ejercicio de su labor como diputados.
Lo mismo podría ocurrir con los diputados por el resto de CC. A.A. Piénsese que el diputado socialista por Cantabria podría tener la misma transcendencia que el de Teruel Existe, y que los cuatro del País Vasco valen lo mismo que EH Bildu.
En otras palabras, para disfrutar de una buena gobernanza deben efectuar su labor los miembros de la oposición, pero también los del partido gobernante, si es que éste desea subsistir.